El dirigente formal de Morena, Mario Delgado, optó en 2016 por los métodos de “desarrollo personal y profesional” que ofrecía en México Emiliano Salinas Occelli, hijo del ex presidente Carlos Salinas de Gortari, a través de NXIVM (pronúnciese “néxium”), la organización dirigida a escala global por Keith Raniere, quien ofrecía Programas de Éxito Ejecutivo y ahora cumple una condena de por vida, a causa de una serie de prácticas violatorias de la integridad humana, en especial respecto a mujeres a las que se marcaba y se trataba como esclavas sexuales (https://bit.ly/3sUbvuy).
En una “Nota aclaratoria” dada a conocer ayer, Delgado pretende eludir el impacto derivable de su voluntaria adscripción a los cursos de “gestión de liderazgo y éxito corporativo” y “en busca de la mejora de mi capacitación personal”, al señalar que él no tuvo implicaciones en el episodio criminal que llevó a la cárcel a Raniere. Asistió a tales cursos, “de buena fe”, alega, y llega a clasificarse como “engañado”: “existe una enorme diferencia entre haber sido engañado para tomar un curso y haber participado en una red criminal”.
Resultará difícil para Mario Delgado probar su autoasignada condición de político “engañado”. El representante en México de NXIVM era Emiliano Salinas y el perfil de los asistentes a esos cursos generalmente era adverso o distante de las ideas de izquierda o del progresismo político. No tendría por qué haberla leído, aunque le habría ayudado a no caer en el “engaño”, la columna Astillero de abril de 2012 que publicó detalles de lo que estaba haciendo Emiliano Salinas. Título y subtítulos de aquella entrega: El joven gurú Salinas/ Emiliano junto a Sicilia/ LeBarón, el aliado de ESO/ Entretela del voto nulo https://bit.ly/3ecgV02.
El punto crítico para Mario Delgado, comisionado de Marcelo Ebrard Casaubón para manejar las candidaturas de Morena en función del proyecto presidencial 2024 del canciller, no está en el esclavismo sexual ni en los abismos de Keith Raniere, sino en el plano político nacional: haber optado por los cursos organizados por Emiliano Salinas, quien pretendía formar una especie de nueva clase política e incluso acarició la posibilidad de postularse a presidir México, da un retrato exacto del oportunismo, el derechismo de origen y el arribismo que han caracterizado a Delgado. El ebrardismo, a fin de cuentas, es la continuidad del pensamiento y la práctica políticas de la vertiente del salinismo que encabezó Manuel Camacho Solís.
Y, ya que se habla del titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores, enigmática resultó la referencia del jefe de la oficina de Ebrard, Fabián Medina, al dar a conocer su renuncia irrevocable a ese cargo de máxima confianza: “ante la situación actual en la cancillería, me permito presentar mi renuncia con carácter de irrevocable a la Jefatura de Oficina que me conferiste desde el primero de diciembre de 2018. Deseo de corazón que sigas teniendo éxito, y que mires siempre por el bien de nuestro amado México”. Ah, caray: “¿la situación actual en la cancillería?”, ¿cuál es tal “situación”?
Astillas:
Félix Salgado Macedonio es el único candidato a gobernador registrado por Morena ante el Instituto Electoral de Guerrero, órgano éste que sesionaba anoche para aprobar o desechar las postulaciones de diversos partidos, incluyendo al autodenominado “toro sin cerca”. Hoy, que inician las campañas en aquella entidad, Morena lo hará sin candidatura definida, en espera de la nueva encuesta sobre los “perfiles” (no la popularidad) de los aspirantes. El resultado de esta encuesta se dará a conocer por ahí del 11 del presente mes y, según eso, Salgado Macedonio está dispuesto a aceptar los resultados, incluso, desde luego, si le son adversos Y, mientras la nota de Juan Alberto Vázquez, en Animal Político, que reveló la pertenencia semestral de Mario Delgado a NXIVM, incluye la referencia de que una condiscípula era Clara Luz Flores (su rango, “ coach estola amarilla”), la expriísta hecha candidata de Morena a gobernar Nuevo León. ¡Hasta el próximo lunes!