El príncipe Felipe, de 99 años, esposo de la reina Isabel II, fue trasladado de vuelta el viernes a un hospital privado de Londres tras ser operado por un problema cardíaco en un importante centro público de la capital.
En un momento de crisis para la familia real británica, antes de la difusión el domingo en Estados Unidos de una muy esperada entrevista televisiva del príncipe Enrique, nieto de la monarca, y su esposa Meghan, "se prevé que el duque permanezca en el hospital para continuar el tratamiento durante varios días", precisó el palacio de Buckingham.
El príncipe consorte, que en junio debe cumplir 100 años, fue ingresado el 16 de febrero como "medida de precaución" tras haberse sentido mal.
Ante las especulaciones y preocupación por su avanzada edad, la casa real informó pocos días después de que la hospitalización no estaba relacionada con el Covid-19, sino que se debía a una infección.
Bajo una fuerte expectación mediática, el lunes fue trasladado del pequeño y elegante hospital King Edward VII, situado en el barrio londinense de Marylebone, al hospital público St Bartholomew que, según su página web, posee el mayor departamento especializado en enfermedades cardiovasculares de Europa.
Allí fue sido sometido el miércoles "con éxito" a una intervención quirúrgica "para tratar una enfermedad cardíaca preexistente", lo que hizo temer por su estado de salud.
Pero ese mismo día, la nuera del consorte, Camila, esposa del príncipe heredero al trono británico Carlos, dijo a los periodistas que el estado de salud de Felipe estaba "mejorando ligeramente".
Y el viernes, el duque de Edimburgo regresó en ambulancia al King Edward VII, más cómodo y discreto.
Meghan celebra su libertad
Mientras tanto la reina, de 94 años, sigue aislada debido a la pandemia en su castillo de Windsor, unos 50 km al oeste de Londres, rodeada por sus dos nuevos cachorros de corgi, su raza favorita de perros, una fuente de consuelo en este periodo turbulento para la monarquía.
"Aportan mucho ruido y energía al castillo mientras Felipe está en el hospital", dijo al diario The Sun una fuente del palacio no identificada.
El consorte, que desde su retirada de la vida pública en agosto de 2017 ha sido hospitalizado en varias ocasiones, vuelve ahora a preocupar por su salud en un momento especialmente complicado para Isabel II.
La monarca ve cómo se agrava la crisis con su nieto Enrique y la esposa de este, Meghan, que abandonaron la familia real estrepitosamente hace un año.
Los duques de Sussex, que ahora viven en California, donde producen documentales para Netflix y podcast para Spotify, concedieron una entrevista de dos horas a la estrella de la televisión estadunidense Oprah Winfrey, grabada hace algunas semanas en su lujosa mansión de Montecito, cerca de Santa Bárbara, y que se emitirá el domingo.
En un extracto adelantado por el canal CBS de esta entrevista potencialmente explosiva, la exactriz estadounidense, de 39 años, acusa al palacio de Buckingham de "perpetuar falsedades" sobre ella y Enrique, de 36 años.
La propia Meghan es objeto de una antigua denuncia de acoso contra exempleados cuando aún vivía en palacio en Londres y que la casa real se comprometió esta semana a investigar.
En otro fragmento de la entrevista difundido el viernes, la duquesa de Sussex se congratula de haber recuperado la libertad.
Ahora "podemos tomar nuestras propias decisiones", dice a Oprah Winfrey. "Es realmente liberador tener el derecho y el privilegio de poder decir: 'sí, estoy dispuesta a hablar'", agrega.
Entre sus argumentos para dejar sus responsabilidades en el seno de la monarquía, Enrique y Meghan arguyeron la enorme presión de la prensa sensacionalista británica, contra la que lanzaron varias demandas.
En uno de estos casos, la Alta Corte de Londres ordenó el viernes al tabloide Mail On Sunday que informe en primera página de que fue condenado por haber publicado sin autorización extractos de una carta personal que Meghan escribió en 2018 a su padre, el controvertido Thomas Markle, con el que mantiene una tensa relación.