Madrid. En 1982, cuando todo apuntaba a un triunfo aplastante del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en las elecciones generales, que además supondrían la primera victoria de la izquierda desde la caída de la dictadura fascista de Francisco Franco, un informe secreto de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos definió al entonces candidato a la presidencia del gobierno, Felipe González, como líder “moderado” y alejado de las “políticas de izquierda” que proclamó en el pasado.
Ante el temor de que su pasado próximo al comunismo alterara las relaciones con Washington, el informe afirmó que con un gobierno de González no habría cambios sustanciales en los vínculos con Estados Unidos ni con sus empresas en España.
González, quien gobernó de 1982 a 1995, consiguió su primera gran victoria electoral con un discurso de izquierda moderada. La transición a la democracia apenas se iniciaba y su principal rival en la izquierda, el Partido Comunista de España (PCE), estaba recién legalizado. En su campaña, con el afán de atraer al votante temeroso de un viraje demasiado a la izquierda, González defendió un programa más próximo a la socialdemocracia europea, que sería finalmente el plan de gobierno que desarrolló durante su largo periodo en el poder, en el que se fue plegando cada vez más a la derecha.
Así lo constata, ya en 1982, un informe de la CIA revelado por el periódico digital español Diario 16, según el cual el documento clasificado y catalogado de “alto secreto” definía a González como “un moderado alejado del comunismo”.
La CIA afirmó: “Los socialistas comenzarán aplicando políticas más moderadas que las desarrolladas por la mayoría de los partidos de centroizquierda en Europa occidental”, y concluyó que “si los intentos de los socialistas de acomodarse a los intereses conservadores se vuelven inútiles, podrían desarrollarse demandas sobre el liderazgo del partido para moverse hacia la izquierda”.
A ese programa moderado, la CIA se refirió más tarde al hablar de las connivencias entre González y la clase empresarial: “Tal programa no podría tener éxito sin la confianza empresarial, y González recientemente ha tratado de convencer a los escépticos de la moderación del PSOE. Prometió que un gobierno socialista no alteraría sustancialmente las relaciones entre el gobierno y las empresas”.
Por último, el documento también confirma la lealtad de González a Estados Unidos y sus intereses en España: “El compromiso de Felipe González con la moderación y las relaciones amistosas con Washington significa que las políticas de su partido en el gobierno serán menos radicales que sus posiciones declaradas en la oposición”.
Destruyen armas de ETA
En un acto solemne, que la mayoría de la oposición política calificó de “propagandístico”, el presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, encabezó la destrucción de un arsenal de armas que perteneció a la organización armada vasca Euskadi Ta Askatasuna (ETA) y a los Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (Grapo). Sánchez reconoció que aún quedan algunos delitos por esclarecer vinculados a los separatistas vascos, pero afirmó que el acto es la demostración de una “derrota”. Subrayó: “Quien entrega las amas acepta la derrota. Es la derrota de las balas por los votos”.
Con una aplanadora fueron destruidas un total de mil 377 armas completas, entre ellas 697 pistolas, 172 revólveres, 274 subfusiles y varios fusiles de asalto, rifles de precisión y escopetas.