La vida de la profesora y escritora Esther Hernández Palacios se trastocó y casi se derrumbó de dolor tras el asesinato “en tiempos de guerra” de su hija, Irene Méndez, quien a los 26 años de edad y embarazada, fue víctima de la violencia y del crimen organizado.
Irene, nombre de origen griego que significa paz, fue secuestrada y asesinada, en Xalapa, Veracruz, junto con su esposo, Fouad Hakim Santiesteban, hace 10 años, en la era gubernamental de Fidel Herrera.
Esta trágica historia, que sucedió el 8 de junio de 2010, es develada “de manera íntima” por Alejandra Islas, en el documental Esther sin h, el cual será estrenado el 8 de marzo por Tv UNAM, como parte de la programación especial para conmemorar el Día Internacional de la Mujer.
“Es un documental amoroso que indaga en un terreno casi siempre vedado como es la familia y el hogar, donde los integrantes viven el dolor de la pérdida y sobreviven a una condición humana trastocada; también refleja el amor incondicional y profundo de una madre”, explicó Islas, quien en marzo de 2017 inició el registro documental en Coatepec y Xalapa, hasta concluirlo recientemente.
Para la maestra Esther, fue fundamental “el arte como vehículo de sanación; en especial, con la literatura llevo a cabo una catarsis, una forma de resistencia y de fortalecer esa capacidad de resiliencia; el arte tiene ese poder”, señaló Islas a La Jornada.
Hernández Palacios “se acompañó del arte, lo cual fue vital para su supervivencia. La escritura a mano de un diario tuvo un peso emocional distinto, pues es más fuerte, directo y orgánico; quise seguir el proceso que vivió y reconstruirlo”. Además la profesora también recurrió a la poesía y la música para abatir el sufrimiento.
En realidad, “me propuse hacer un retrato más íntimo desde ese ángulo, de su entorno, espacios y los vínculos más cercanos; incluida la parte social y como telón de fondo, los casos de otras desapariciones y de madres que perdieron a sus hijos”, explicó la documentalista.
Puntualizó: “La maestra tiene un alma muy noble y generosa; ha sido capaz de tener fuerza y elevar la voz, a pesar de que también tuvo miedo, como cualquier ser humano que se enfrenta a semejante situación, pero dentro de su dolor e indignación le da cabida al perdón”.
El filme muestra que para sobrellevar el proceso de duelo, Esther comenzó a escribir sobre la historia de su hija en un diario que se convirtió en un instrumento de supervivencia. Éste fue plasmado a mano en una libreta de pasta dura y con pluma de gel, cuyo texto fue publicado con el título Diario de una madre mutilada. En 2011 el libro recibió el Premio Bellas Artes de Testimonio Carlos Montemayor.
En esa publicación se basó la directora Alejandra Islas para el documental, en el que “una madre mutilada refleja el sentir de muchas otras mujeres que han perdido a sus hijos por la atroz violencia que se vive en México”.
En Esther sin h, Hernández Palacios, doctora en letras modernas y académica de la Universidad Veracruzana, cuenta: “Al día siguiente del asesinato de Irene y Fouad, tuve que firmar un papel y, casi de una forma no consciente, no reflexionada, sino salida de las entrañas, firmé sin h, porque era una forma de demostrar que me habían quitado algo, la h no suena, pero estaba a la mitad de mi nombre y era parte de mí. A partir de ese día, firmo sin esa letra”.
Enfatizó: “Escribir me iba a servir para vivir y decir muchas cosas como una posibilidad de no callar y no encerrarme en el dolor”.
Esther sin h es una coproducción de Tv UNAM, Ave de Paso Films y Universidad Veracruzana, con el auspicio del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Este trabajo, seleccionado para participar en el Taller Carlos Velo de Posproducción Cinematográfica convocado en 2020 por la televisora universitaria, se estrenará el 8 de marzo a las 22 horas.