
Turistas visitan el Mausoleo de Augusto, una gran tumba construida por el primer emperador romano Augusto en el 28 a. C. en el Campus Martius, cerca del río Tíber, en la capital italiana, el 3 de marzo de 2021. Foto Afp / Filippo Monteforte

La restauración, dirigida por Sebastiano La Manna, inició con las excavaciones externas al edificio (2007–2011) y después la parte interna (2016–2019) hasta completar 13 mil metros cuadrados de muros, al respetar el edificio original y las capas históricas posteriores. Foto Afp / Filippo Monteforte

La técnica constructiva utilizada fue el terraplén. Las cámaras trapezoides y radiales fueron restablecidas como las salas del museo. Foto Afp / Filippo Monteforte

El mausoleo fue convertido en iglesia y luego en fortaleza durante la Edad Media. En el Renacimiento fue mina de mármol y jardín a la italiana. En el siglo XVIII fue hostal y después plaza de toros, circo, teatro hasta llegar a sala de conciertos. Foto Afp / Filippo Monteforte

En 1934, Mussolini, quien quería ser sepultado en el mausoleo, intentó rescatarlo como parte de un programa de revalorización arqueológica, al desalojar la Academia de Música de Santa Cecilia ahí instalada desde 1908 y al demoler 27 mil metros cuadrados de edificios, que por siglos se habían adosado al sepulcro. Sin embargo, en la segunda mitad de los años 30, Vittorio Ballio Morpurgo construyó una plaza y nuevos edificios a su alrededor. Foto Afp / Filippo Monteforte

Los trabajos de recuperación pusieron al descubierto que el mausoleo, a diferencia de lo que se creía, no es cónico, sino un cilindro en mármol blanco, similar al cercano y más pequeño Mausoleo de Adriano. Foto Afp / Filippo Monteforte

La última fase de valoración de este complejo arqueológico será la de los acabados e instalación eléctrica, además del arreglo de la plaza circundante, que será completamente peatonal y deberá ser completada en 2022. Foto Afp / Filippo Monteforte

Vista general del Mausoleo de Augusto. El complejo está rodeado de otros monumentos heterogéneos: el Ara Pacis (Altar de la Paz, comisionado por Augusto, reconstruido y colocado en la posición actual en 1938), la fuente de Richard Meier (2006), tres iglesias barrocas y edificios racionalistas de la época fascista. Foto Afp / Filippo Monteforte

La obra iniciada en junio pasado propone una nueva forma de mirar la arqueología a través de su completa incorporación al espacio urbano, al que será unido a través de dos rampas que permitirán el descenso a la plaza alcanzando el nivel arqueológico de seis metros por debajo de la pavimentación actual. Foto Afp / Filippo Monteforte

Foto Afp / Filippo Monteforte

Foto Afp / Filippo Monteforte

Foto Afp / Filippo Monteforte

Foto Afp / Filippo Monteforte

Foto Afp / Filippo Monteforte

Foto Afp / Filippo Monteforte

Foto Afp / Filippo Monteforte















