París. Nicolas Sarkozy fue condenado ayer a tres años de cárcel, uno de ellos firme, por corrupción y tráfico de influencias, convirtiéndose en el primer ex presidente francés en recibir una pena de este tipo, pero su abogada anunció que apelará la sentencia.
Tras esta condena “extremadamente severa y totalmente infundada e injustificada”, Nicolas Sarkozy, de 66 años, “está tranquilo pero decidido a seguir demostrando su inocencia”, aseguró su defensora, Jacqueline Laffont, en una entrevista con medios.
La apelación suspende la ejecución provisional de la pena que había sido conmutada a arresto domiciliario con brazalete electrónico.
Sarkozy, jefe de Estado de Francia entre 2007 y 2012, es el segundo ex mandatario en ser condenado por la justicia. Su antecesor y mentor político, Jacques Chirac (1995-2007), quien murió en septiembre del año pasado, fue condenado en 2011 a dos años de prisión con suspensión por inventar empleos falsos para miembros de su partido mientras era alcalde de París en la década de los 90.
Los magistrados del tribunal de París encontraron a Sarkozy culpable de proponer un empleo de alto nivel en Mónaco al ex magistrado Gilbert Azibert, a cambio de información relacionada con una investigación sobre acusaciones en su contra de que explotó la debilidad mental de la fallecida heredera de L’Oreal, Liliane Bettencourt, para disfrutar de sus donaciones en efectivo para financiar su campaña presidencial de 2007.
Sarkozy, que repitió incansablemente durante su juicio que nunca ha cometido “el más mínimo acto de corrupción”, escuchó su sentencia de pie frente al tribunal, aparentemente impasible.
Las penas son inferiores a las que solicitó la fiscalía: cuatro años de prisión, dos de los cuales firmes, al alegar que la imagen presidencial se vio “afectada” por este caso que tuvo “efectos devastadores”.
El ex presidente de derecha no hizo ninguna declaración al salir de la sala, pero su esposa reaccionó en Instagram. “¡Qué ensañamiento insensato, mi amor Nicolas Sarkozy!”, publicó la ex súper modelo y cantante Carla Bruni, junto a una foto de la pareja abrazada. “La lucha continúa, la verdad saldrá a la luz. #injusticia”, escribió en la red social.
Más juicios pendientes
El tribunal galo también condenó en el mismo fallo al ex magistrado Gilbert Azibert y al histórico abogado del ex presidente, Thierry Herzog. Este último también fue sentenciado a una inhabilitación profesional de cinco años pero presentó inmediatamente un recurso contra su condena. Los jueces dictaminaron que hubo un “pacto de corrupción” entre los tres hombres.
Esta primera condena para Sarkozy llega a pocos días de que se enfrente a un segundo juicio, el 17 de marzo, en el caso Bygmalion, relativo a los gastos de su campaña presidencial de 2012.
Sarkozy fue condenado por haber intentado corromper, junto con Herzog, a Azibert, cuando éste era juez del Tribunal Supremo.
Según la acusación, el ex mandatario buscó obtener informaciones cubiertas por el secreto profesional e influir en las diligencias abiertas ante la alta jurisdicción relacionada con el denominado caso Bettencourt. A cambio, habría ofrecido a Azibert su ayuda para obtener un puesto de prestigio, aunque nunca lo consiguió.
Al leer su sentencia, la juez Christine Mée dijo que Sarkozy, que era “garante de la independencia del Poder Judicial, utilizó su condición de ex presidente para favorecer a un magistrado”.
Durante el juicio, que terminó el 10 de diciembre, la defensa protestó contra un caso basado en “fantasías e hipótesis” y pidió la absolución de los acusados.
Retirado de la política desde 2016 pero todavía muy popular en la derecha francesa por su estilo combativo y su discurso duro sobre la delincuencia y la inmigración, Sarkozy tiene varias cuentas pendientes ante la justicia.
También fue acusado de haber recibido millones de euros del derrocado y asesinado líder libio Muamar Kadafi para su campaña electoral de 2007. Y en enero, los fiscales abrieron otra investigación sobre presunto tráfico de influencias por sus actividades de asesoramiento en Rusia.