A partir del viernes, la contienda electoral entrará en su fase más intensa, pues comenzarán las campañas para gobernador en cinco entidades donde el proselitismo abarca aún 90 días: Colima, Nuevo León, San Luis Potosí, Sonora y Guerrero. Sin embargo, la polémica en torno al candidato de Morena en Guerrero, con la eventual postulación de Félix Salgado Macedonio, entra en días claves a partir de hoy, cuando vence el plazo para el registro de candidatos a gobernador, que deberá aprobar el Instituto Estatal Electoral a más tardar el jueves, y así iniciar el 5 de marzo.
En este proceso electoral estarán en juego 15 gubernaturas, entre las cuales destacan las de cinco estados con importante presencia del crimen organizado que se expresa en elevados índices de violencia: Baja California, Chihuahua, Colima, Guerrero y Zacatecas. En todas ellos se renovarán además los congresos locales y las presidencias municipales.
De acuerdo con la paulatina compactación de los comicios, producto de las reformas electorales, 2021 es el año con más elecciones de gobernador en México, superando las 12 de 2016. Entre ellas destacan dos que aún mantienen las reminiscencias del antiguo régimen hegemónico del PRI, pues si a escala federal en 2000 se rompieron 71 años de gobiernos del tricolor, 21 años después Campeche y Colima nunca han sido gobernados por ninguna otra fuerza política.
Sin grandes liderazgos regionales, con muchos abanderados de reciente cambio en su militancia partidista para postularse, aunque sin fracturas internas de los partidos, con excepción de la polémica por el caso Salgado Macedonio, se apresta al arranque de las campañas. Contiendas en donde las coaliciones, en muchos casos, son diferentes a los dos grandes bloques a nivel nacional: Va por México y Juntos Haremos Historia.
Bajo la coalición de Va por México –que integra a PAN, PRI y PRD– se conformaron alianzas para gobernador en 10 entidades: Baja California, Baja California Sur, Campeche, Colima, Michoacán, Nayarit, San Luis Potosí, Sinaloa, Tlaxcala y Zacatecas. En cuanto a Juntos Haremos Historia, que aglutina a Morena, PT y PVEM, sólo contenderán como tal en las gubernaturas de Baja California, Baja California Sur, Nayarit, Nuevo León, Tlaxcala y Zacatecas.
El pragmatismo partidista y las veleidades políticas tendrán expresiones insospechadas hace seis años, por ejemplo, en el caso de Colima. El gobierno saliente del priísta José Ignacio Peralta recibió las más duras recriminaciones de fraude electoral del PAN, pero ahora ambos partidos van en coalición. El blanquiazul apoyará la candidatura de la priísta Mely Romero para encabezar uno de los estados más violentos del país, con el nivel de homicidios más elevado medido en términos de habitantes.
En este entorno, tras la debacle electoral que sufrió en 2018, el PRI tendrá en juego ocho entidades que actualmente están bajo su esfera y paradójicamente intentará defenderlas en alianza con los otrora adversarios –a partir de la insólita alianza PRI, PAN y PRD– en Campeche, Colima, Guerrero, Michoacán, San Luis Potosí, Sinaloa y Tlaxcala.
Por lo que hace a gobiernos panistas, estarán en disputa las gubernaturas de Baja California Sur, Chihuahua y Querétaro, además de Nayarit, que ganó en coalición amplia. En crisis electoral tras los comicios de 2018, el PRD afrontará la renovación de la única gubernatura bajo sus siglas: Michoacán.
Por su importancia económica y demográfica, Nuevo León es la entidad que concentra gran parte del interés. Con el padrón más grande de los estados donde habrá comicios para gobernador (con 4 millones 133 mil 714 electores), Nuevo León va a las urnas en un escenario radicalmente distinto al de hace seis años, cuando emergió un gobierno de la candidatura independiente de Jaime Rodríguez. En esta ocasión las opciones son coaliciones o partidos.