Mantener en tierra el avión presidencial ha costado más de 277 millones de pesos, según las cifras proporcionadas por el gobierno federal y que corresponden a su mantenimiento en México y en el Aeropuerto Internacional de Victorville, California.
A principios de febrero pasado, el presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó que la aeronave no se había vendido “porque fue hecha a la medida”.
Hace un año el secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval González, hizo un desglose de algunos de los gastos que implicaba mantener el Boeing 787 Dreamliner y que superaban 199 millones de pesos.
El dispendio anual incluye 50 millones de pesos por el seguro, 57.6 millones por mantenimiento y 4 millones más por sueldos de la tripulación. A esto se suman otros gastos, como la actualización del software para la navegación que costó más de 18 millones de pesos.
Para intentar abatir costos, del 7 de diciembre de 2018 al 22 de julio de 2020 fue enviado a la base de mantenimiento de Boeing, donde los técnicos de esa empresa mantuvieron a punto la aeronave.
Cuando regresó a nuestro país, Sandoval González afirmó que por este tiempo en EU se pagaron 78 millones de pesos.
En respuesta a una solicitud de información, la Sedena informó que sólo en su primer mes de vuelta a México se habían gastado en él un millón 459 mil 536 pesos por concepto de servicios aeroportuarios y combustible, pues el aparato debe volar de forma periódica para evitar problemas relacionados con la mecánica y electrónica.
Para explicar por qué no se ha podido vender, López Obrador afirmó que las características del aparato hacen difícil que encuentren comprador: “No hemos podido venderlo porque lo hicieron, no en serie, sino en pedido especial, exclusivo”.