Orlando. En su primera presentación pública desde que dejó la Casa Blanca, el ex presidente Donald Trump exhortó este domingo a la unidad en el Partido Republicano durante un foro político conservador, incluso dejó en claro que pretende seguir siendo una fuerza dominante en el instituto político, repitió sus afirmaciones sin pruebas de que ganó las elecciones de 2020, y no descartó buscar volver a la Casa Blanca en 2024.
Trump utilizó su discurso en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC, por sus siglas en inglés) –donde fue recibido como héroe– para arremeter contra su sucesor, el demócrata Joe Biden, y tratar de consolidar su estatus como el líder indiscutible del partido a pesar de su derrota en los comicios de noviembre.
“¿Ya me extrañan?”, preguntó el ex mandatario al subir al escenario. “Hoy estoy aquí ante ustedes para declarar que el increíble viaje que iniciamos juntos está lejos de haber terminado.
“Nuestro movimiento de patriotas estadunidenses orgullosos y trabajadores recién está comenzando y, al final, ganaremos. Ganaremos”, proclamó.
La supervivencia de Estados Unidos, aseveró, depende de los conservadores. “Estamos en una lucha por la supervivencia de Estados Unidos tal como lo conocemos. Esta es una lucha. Esta es una lucha terrible, terrible, dolorosa... En última instancia, siempre ganamos”.
A pesar de que Trump ha coqueteado con la idea de crear una tercera fuerza política, se comprometió a seguir formando parte del que llamó “nuestro querido partido”, y expuso: “Seguiré peleando a su lado. No vamos a crear nuevos partidos. Tenemos al Partido Republicano. Será fuerte y unido como nunca antes”.
El congreso, realizado este año en Orlando y no en los suburbios de Washington, debido a las restricciones relacionadas con el Covid-19, ha sido un homenaje a Trump y el “trumpismo”, incluso con una estatua dorada en su honor.
Los oradores, entre ellos varios posibles aspirantes a la presidencia en 2024, argumentaron que el partido debe acoger al ex mandatario y a sus simpatizantes, incluso después del letal asalto al Capitolio el 6 de enero. Además, repitieron sus acusaciones infundadas de que perdió las elecciones de noviembre sólo porque el proceso fue “amañado”, afirmaciones que han sido rechazadas por jueces, funcionarios estatales republicanos y miembros del propio gobierno de Trump.
El sondeo anual, sin metodología científica, a poco más de mil asistentes que realiza la conferencia reveló que 97 por ciento aprueba la labor de Trump como presidente. Pero los resultados fueron mucho menos contundentes a la pregunta de si debería postularse de nuevo, pues 68 por ciento respondió que sí.
Si las primarias de 2024 se llevaran a cabo ahora y Trump estuviera en la contienda, apenas 55 por ciento expresó que votaría por él, seguido por el gobernador de Florida, Ron DeSantis, con 21 por ciento. En caso de que Trump no participara, DeSantis tuvo un respaldo de 43 por ciento, seguido por la gobernadora de Dakota del Sur, Kristi Noem, con 8 por ciento, y 7 por ciento para el ex secretario de Estado, Mike Pompeo, y el senador por Texas, Ted Cruz.
Es sumamente inusual que ex presidentes estadunidenses critiquen públicamente a sus sucesores tan poco tiempo después de dejar la Casa Blanca. Por lo general los ex mandatarios se alejan de la vida pública un tiempo considerable: A Barack Obama se le pudo ver vacacionando en la playa después de dejar la presidencia, mientras que George W. Bush declaró en su momento que Obama “merece mi silencio” y se dedicó a la pintura. Trump no.
Rompe la distancia
El magnate arremetió fuertemente contra lo que consideró un primer mes de fracasos del nuevo gobierno, incluyendo la postura de Biden en materia migratoria y fronteriza. “Joe Biden ha tenido el peor primer mes de cualquier presidente de la historia moderna”, aseguró Trump.
Negándose a admitir que perdió las elecciones presidenciales del 3 de noviembre ante Biden, sugirió que podría postularse nuevamente. “Acaban de perder la Casa Blanca”, aludió el magnate después de criticar el manejo de Biden respecto de la seguridad fronteriza. “Pero quién sabe, quién sabe, puede que incluso decida vencerlos por tercera vez”.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, restó importancia a las críticas.
“Veremos lo que dice, pero ciertamente no estamos enfocados en lo que Trump diga en la CPAC”, comentó a los reporteros. Además de criticar a Biden, Trump utilizó su discurso para presentarse como el futuro del Partido Republicano, incluso a pesar de que muchos de los líderes argumentan que deben tomar una nueva dirección, menos divisiva, después de que los republicanos no sólo perdieron la Casa Blanca, sino también la mayoría en ambas cámaras del Congreso en las elecciones pasadas.
De todas formas, Trump insistió en que el partido está unido, incluso después de que ha intentado castigar a los que votaron para que fuese enjuiciado políticamente por incitar el asalto al Capitolio, entre ellos la representante republicana Liz Cheney.
El Partido Republicano ha mostrado profundas grietas con figuras del establishment como el líder de la minoría del Senado, Mitch McConnell, ansioso por dejar a Trump atrás y otros, como el senador Lindsey Graham, aliado de Trump, creyendo que el futuro del partido depende de la energía de la base conservadora apegada al ex mandatario.
El fervor de Trump en la reunión conservadora de cuatro días ha sido tan fuerte que su hijo Donald lo llamó el “T-PAC” y los participantes desplegaron una estatua dorada del ex presidente de la autoría del artista Tommy Zegan, quien reside en México.
El diario The Guardian comentó que era paradójico que la efigie haya sido elaborada en una nación a la que tantas veces satanizó y contra la que lanzó insultos racistas.
En otro asunto, el gobernador de Nueva York, Andrew Mark Cuomo, admitió que su comportamiento “insensible” fue interpretado como “coqueteo indeseado”, y dijo que cooperará con una investigación iniciada luego de que dos mujeres lo acusaron de acoso sexual
Cuomo reconoció ayer que parte de su comportamiento con mujeres fue “malinterpretado como coqueteo indeseado”, que forma parte de la investigación de conducta sexual inapropiada, encabezada por la fiscal general de Nueva York, Letitia James. En un comunicado divulgado en medio de crecientes críticas de su propio partido, el demócrata, sostuvo que nunca ha tocado a nadie indebidamente ni efectuado propuestas inapropiadas. Pero sí dijo que había bromeado con ciertas personas sobre sus vidas personales en un intento por ser “juguetón”.