Coyuca De Catalán, Gro., Pobladores de la comunidad de Zihuaquio, municipio de Coyuca de Catalán, en la región de la Tierra Caliente de Guerrero, dejaron de producir en 2020 unos 120 mil litros de mezcal, lo que representa una pérdida de aproximadamente 24 millones de pesos, informó uno de los 320 productores que abandonaron el pueblo el 26 de enero de 2020, luego de la incursión y ataques de uno de los grupos criminales que operan en la zona.
En entrevista –bajo condición de anonimato– en una fábrica de mezcal propiedad de Agustín Coria, en el poblado Puerto El Bálsamo, a orillas de la carretera federal Zihuatanejo-Ciudad Altamirano, también en Coyuca de Catalán, recordó que el grupo de pistoleros que irrumpió ese día en Zihuaquio “quemó unas 60 casas, saqueó 15 vinatas (fábricas de mezcal) y nos dejó sin nada”.
Explicó que el mezcal es sustento de varios poblados de la sierra de Guerrero y Zihuaquio era el principal productor, pero por lo sucedido y las constantes confrontaciones entres presuntos narcotraficantes de la Tierra Caliente y la Costa Grande, debieron irse y no pudieron cosechar en esa temporada.
“Es difícil calcular, pero son grandes zonas sembradas de maguey. Por ejemplo, en la falda de un cerro de unas 40 hectáreas puede salir poquito y a veces sale harto, depende de cómo esté de tupido, pero a fin de cuentas se cosechan hartas hectáreas”, señaló.
“Luego nos vamos a la siembra del maíz a para el ganado y para todos, porque se compra muy poquito alimento; nosotros lo hacemos todo allá. Y nadie siembra amapola, salvo el que quiera enviciarse, pero no hay necesidad”, dijo.
–¿Entonces no tienen trabajo?
–No, ninguno. Y ya nos está preocupando porque es el tiempo de hacer el mezcal y queremos regresar. De marzo hasta que llueve es la temporada. Hoy todo está abandonado y hay que volver a empezar. Quisiéramos ir avanzando. Eso le pediríamos al presidente Andrés Manuel López Obrador en nombre de todo el pueblo.
–¿A cuántas personas les estaban dando empleo?
–A unas 150 en las fábricas. Algunos vienen de otras localidades. A veces venían a comprar de otros lugares, a veces lo mandábamos, pero para todos había beneficios.
–¿Cuánto cuesta el equipo para una vinata?
–Un equipo está valuado en 65 mil pesos. Se usa un horno artesanal donde se cuece el maguey, que debe reposar por tres días para que quede listo. A éste le caben seis toneladas. Aparte se necesita la picadora; la más barata sale en 20 mil pesos. Y además se necesitan tambos, rejadas, burros y cinchos, que son detallitos. Pero se llevaron todo.
–¿En una temporada normal cuántos litros obtienen?
-–Si trabajan las 15 vinatas se sacan cuando menos unos 5 mil litros por cada una y hasta 8 mil y se distribuyen en todo el estado y el país. El litro se vende desde 200 hasta 300 o 400 pesos, que es mezcal de punta o de alguna variedad.
“El más caro sale hasta en 500 pesos aquí, pero vale harto, porque tiene otro proceso. Además de la producción existe una especie de trueque; hay gente que nos cambia alguna cosa si no hay dinero. Unos nos piden el mezcal al precio que se convenga; se los damos a cambio de ropa o por una motosierra y hasta por vacas, un carro o una cuatrimoto.”
Ahora “está estancado todo”, por lo que hizo un llamado al presidente Andrés Manuel López Obrador en nombre de los habitantes de dicha localidad: “Que venga la Guardia Nacional para regresar a reconstruir nuestras casas. Quisiéramos un cuartel bien implantado para que se quede ahí, que no sea móvil”, subrayó.
Mil 800 desplazados
La violencia que azota la Tierra Caliente y la Costa Grande de Guerrero provocó el 26 de enero de 2020 el desplazamiento forzado de unos mil 800 habitantes de las comunidades de Zihuaquio, La Nogalera, La Palma, Las Vaquitas, Las Vacas, Pueblo Viejo, El Ídolo, El Aguacate, La Trinchera, El Río y El Mono, entre otras.
Más de 300 vecinos de Zihuaquio, municipio de Coyuca de Catalán (el principal productor de mezcal en la entidad) se refugiaron en el poblado de Vallecitos de Zaragoza, en Zihuatanejo, ubicado en la región de la Costa Grande; otros se fueron a Iguala, Petatlán e incluso a Estados Unidos.
José Ángel, uno de los afectados, narró que esta situación data de 2016, cuando las mañas (como se les conoce a los grupos delincuenciales) “se comenzaron a meter y eso acarreó problemas”.
Explicó que en 2019 los más de 3 mil habitantes de Vallecitos huyeron por la violencia. “Más de 300 de Zihuaquio llegamos el 26 de enero de 2020, después de dejar todo allá: unas 3 mil cabezas de ganado, el maíz y las fábricas de mezcal. Al quedar solas nuestras casas, las quemaron y destruyeron”.
Con nostalgia, José Ángel recordó que en su pueblo no quedó ni una familia.“Todo está solo. Salimos huyendo, algunos en carro, otros en bestia o a pie, los policías nos ayudaron a transportarnos. Hicimos cuatro horas”.
Indicó que aquí la gente vive de lo que les mandan sus parientes desde Estados Unidos o “de la voluntad de Dios y del apoyo que nos ha dado el gobierno de Héctor Astudillo, pues nos entregan despensas. El gobierno federal nos ha ayudado un poco también, pero no como el estatal”.
El problema más grave, subrayó, es que “no hay empleo, aquí no hay nada. Queda muy poquito ganado. En Zihuaquio “casi toda la gente se dedicaba al mezcal y otros de peones, pero se perdió todo”, por eso solicitan a las autoridades ayuda para regresar a construir viviendas, pues más de la mitad las quemaron.
“El mezcal es nuestra vida, cada quien tiene su magueycito; el que no, tiene su fábrica. Ya quisiéramos volver a nuestro hogar. Aquí en Vallecitos dormimos amontonados. Algunos familiares nos prestaron sus casitas, pero pues llevamos un año ya durmiendo en el suelo. Queremos retornar a Zihuaquio”.