A medida que se profundiza en los datos del Censo Población y Vivienda 2020, los especialistas en demografía ubican el rápido avance de México en convertirse en un país envejecido y ratifican, además, el incremento de los hogares habitados por personas solas, sobre todo por adultos mayores.
Los estudiosos del tema también concluyen: no puede hablarse “de una sola vejez mexicana. Existen diferencias marcadas por aspectos que generan desigualdad social y económica, como el género, edad y la condición de etnicidad”.
José Luis Castrejón Caballero, de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH); Sagrario Garay, de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL); Isalia Nava, del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM (IIEC), y Telésforo Ramírez, del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM-UNAM) adelantaron sus primeros análisis sobre el censo 2020 y los adultos mayores en México: 12 por ciento de la población total.
Convocados por el Seminario Universitario Interdisciplinario Envejecimiento y Vejez (Suiev-Unam) recomendaron a las autoridades revisar a detalle los resultados censales y, desde ahí, diferenciar y centrar las políticas sociales para este grupo etario.
En el país, hay 10 millones 321 mil 914 (54 por ciento mujeres y 46 por ciento hombres) mayores de 65 años. De ellos, 8.8 por ciento son hablantes de alguna lengua indígena; 2.1 por ciento son afro-descendientes.
Asimismo, 58.8 por ciento de este sector de población presenta alguna discapacidad o limitaciones, la tasa de analfabetismo es de 19 por ciento y su afiliación a servicios de salud alcanza 81.1 por ciento.
Respecto a los llamados hogares unipersonales, Sagrario Garay, reiteró el análisis previo donde se ubica a las mujeres como mayoría entre las personas mayores viviendo en tal condición, debido a su mayor esperanza de vida, pero “son también las que tienen las peores condiciones económicas porque no accedieron a una pensión y padecen una salud deteriorada”, destacó.
Ciudad de treintañeros
Respecto a la información regional recogida por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la investigadora presentó otros indicadores y destaca a la Ciudad de México con características singulares. Mientras la edad mediana de la población mexicana es de 29 años, en la capital del país es de 35 años.
En el caso del índice de envejecimiento –número de personas mayores de 60 años respecto a cada 100 de entre 0 y 14 años– en la capital del país es de 90, mientras la media nacional es de 48. En los años 90 ese índice era de 16.
Otras dos entidades que presentan una edad mediana e índices de envejecimiento mayores al promedio del país, después de la Ciudad de México, son Morelos y Veracruz.
De ese modo, en tanto la mayoría de las entidades tienen un comportamiento similar al nacional, la Ciudad de México experimenta un envejecimiento “muy avanzado”.
El conteo realizado por el Inegi incorporó en 2020 una distinción en el cuestionario básico entre discapacidad y limitaciones físicas de los mexicanos. El resultado fue que 39 por ciento de los adultos mayores tienen alguna o mucha dificultad o en definitiva no pueden realizar ciertas actividades.
Así, 16.3 por ciento tienen discapacidad visual, incluso usando lentes; 35 por ciento, una limitación para oír o con un aparato auditivo; 11.2 por ciento registraron su condición como discapacitante y 20.9 por ciento como una limitación.
Respecto a caminar solo, la diferencia entre discapacidad y limitante es de 24.1 por ciento contra 31.4; para recordar o concentrarse, 7 por ciento contra 16.2; para bañarse, vestirse o comer, 7.7 contra 5.1 y para hablar o comunicarse, 3.3 contra 3.4 por ciento.
Isalia Nava destacó, a su vez, que del total de la población económicamente activa del país, 32.6 por ciento son personas mayores y su participación ha ido creciendo desde el año 2000. Además, pidió visibilizar el alto porcentaje de mujeres en los quehaceres del hogar (61.8 contra 5.5 por ciento entre hombres y mujeres) porque es un trabajo no remunerado que contribuye a la economía nacional y es indispensable para el sostenimiento de la vida.