Unos días antes de la pelea, Julio César Rey Martínez, campeón del mundo mosca por el CMB, no pudo ocultar más su lesión en un puño. El dolor lo obligó a gesticular y a ser descubierto por su entrenador, Mauricio Aceves. Llevaba días tratando de tragarse el malestar para tratar de cumplir con su compromiso programado en la función de anoche en Miami.
El gesto del dolor le preocupó a su mánager y tuvieron que avisar a los organizadores. Fue lleva-do a un hospital donde confirmaron que la mano de Rey Martínez tenía una fractura. El joven boxeador estaba dispuesto a “infiltrarse” para poder cumplir con el combate, en el respaldo de la función estelar de Canelo Álvarez ante el turco Avni Yildirim. Lo angustiaba algo más. Ésta sería la tercera vez consecutiva que se frustraba una pelea desde que se integró al equipo del exitoso Eddy Reynoso.
“El señor Eddy Reynoso se enojó al principio”, comenta Mauricio Aceves; “yo también me enfurecí, porque ésta era la tercera pelea que se caía desde que estamos con en ese equipo. Le preocupaba qué iba pensar la gente. Y tenía razón, ya iban a sospechar que tres veces seguidas no podíamos cumplir”.
La primera vez, Rey sufrió una infección en la garganta. Después fue un problema gástrico que le impidió subir al cuadrilátero. Esta tercera ocasión parecía excesiva, reconocen. Además, ésta sería la segunda vez que no podía cumplir ante el retador oficial, el boricua McWilliams Arroyo.
“Ya mucha gente nos critica, y tienen razón”, admite Aceves, “nos acusan de que no deseamos pelear contra Arroyo. ¡Pero si es lo que más queremos! No es nada agradable regresar con las manos vacías otra vez. Al no cumplir, no se nos paga nada. En unos meses ya responderemos al compromiso”.