Atenas. Delante del mar que le llevó a ser campeona olímpica de vela en 2004 en los Juegos de Atenas, Sofia Bekatorou repasa su testimonio sobre la agresión sexual sufrida en el seno de su Federación, que dio impulso recientemente al movimiento #MeToo griego.
“Hice lo que tenía que hacer. Aunque haya sido tarde”, afirmó la deportista, quien tiene ahora 43 años.
Es ahora cuando ha encontrado “la fuerza” para “tomar la palabra públicamente” y declarar ante el fiscal de Atenas, el pasado 20 de enero, al darse cuenta que “otras personas estaban en peligro. Ese ha sido el desencadenante”, sentir que esa persona podía seguir agrediendo.
Esta doble medallista olímpica de vela (oro en Atenas 2004 y bronce en Pekín-2008) reveló el “acoso sexual y el abuso” del que fue víctima en una habitación de hotel durante su preparación para los juegos veraniegos de Sídney 2000, cuando tenía 21 años.
Tras las acusaciones, la Federación Griega de Vela pidió la dimisión inmediata de su vicepresidente, Aristeidis Adamopoulos, acusado por Bekatorou.
La deportista se ha convertido en el símbolo del #MeToo en Grecia, donde pretende “poner fin a los estereotipos de la sociedad” y “las condiciones son más complicadas para las mujeres”.
Tres años después del nacimiento del movimiento en Estados Unidos, en Grecia han sido ahora deportistas, estudiantes, periodistas o actrices las que han contado en las recientes semanas el infierno vivido.
“Es triste tener que ser una heroína para informar de una agresión sexual”, se queja la campeona olímpica. “Nuestras leyes deben cambiar y nuestra sociedad con ellas, para proteger a las víctimas y no a los violadores”, afirma.
Bekatorou, cuatro veces monarca mundial y abanderada en Río 2016, es ahora madre de dos hijos y ha renunciado a participar en las clasificaciones para los Juegos Olímpicos de Tokio.
En tanto, un grupo de 17 ex gimnastas, entre ellas tres olímpicas, llevarán a la justicia a la Federación Británica de la disciplina por “maltrato físico y sicológico generalizado” cometido por entrenadores.
Para Jennifer Pinches, retirada tras la cita olímpica de Londres 2012, la Federación pasa más tiempo dando prioridad “a los podios antes que a las personas”.
La gimnasia olímpica estadunidense que se sumó al #MeToo en sus inicios para denunciar los cientos de abusos sexuales del médico Larry Nassar, quien cumple cadena perpetua, y de otro de sus cómplices, John Geddert, ex entrenador del equipo en Londres 2012, que se suicidó el jueves, regresó a la actividad con la Copa Invernal en Indianápolis en la que destacó la joven sensación Jordan Chiles se informó en redes sociales.
El certamen marcó el retorno de la medallista olímpica de Río 2016, Laurie Hernandez, quien junto con Simona Biles y Alexandra Raisman, denunciaron a Nassar.