Washington. Estados Unidos desclasificó ayer un explosivo informe de inteligencia que revela que el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohamed bin Salman, autorizó “capturar o matar” al periodista Jamal Khashoggi.
El príncipe, heredero del rey Salmán y gobernante de facto del reino, “aprobó una operación en Estambul, Turquía, para capturar o matar al periodista saudita Jamal Khashoggi”, afirmó la oficina del director de Inteligencia Nacional en el reporte publicado en su página web.
Khashoggi, quien residía en Virginia, Estados Unidos, era colaborador del diario The Washington Post y era crítico con el reino. En octubre de 2018 entró al consulado de Arabia Saudita en Estambul con la intención de pedir un certificado para poder casarse. Según las autoridades turcas, fue asesinado en la sede diplomática el 2 de octubre por un escuadrón de 15 sauditas que primero lo estrangularon y luego desmembraron su cuerpo. Sus restos nunca fueron encontrados.
El informe de hace dos años, que fue divulgado ayer de forma parcial por el gobierno del presidente Joe Biden, señala que, dada la influencia del príncipe Mohamed, es “altamente improbable” que el asesinato del periodista ocurriera sin una luz verde de su parte.
“El príncipe heredero ve a Kha-shoggi como una amenaza para el reino y en términos generales apoyó el uso de medidas violentas para silenciarlo”, indicó el reporte de cuatro páginas.
Tras la desclasificación, Estados Unidos anunció sanciones contra decenas de sauditas relacionados con la muerte del periodista, incluida la prohibición de viajar y el congelamiento de los activos del ex jefe de inteligencia del reino, Ahmad Asiri, pero ningún castigo al príncipe heredero.
En noviembre de 2019, Biden prometió en campaña castigar a los líderes sauditas por violaciones a derechos humanos de una manera que el ex presidente Donald Trump no lo hizo. Sin embargo, el mandatario optó por no sancionar al futuro rey, quien podría gobernar uno de los principales exportadores de petróleo del mundo durante décadas y ser un aliado contra un enemigo común: Irán.
Biden indicó en una entrevista que su gobierno anunciará cambios más significativos en la política estadunidense hacia Arabia Saudita por el asesinato del columnista.
“Hablé con el rey ayer, no con el príncipe (heredero). Le dejé claro que las reglas están cambiando, y vamos a anunciar cambios significativos hoy (viernes) y el lunes, los haremos responsables de los abusos de derechos humanos y nos aseguraremos de que, de hecho, si quieren tratar con nosotros, tienen que hacerlo abordando violaciones de derechos humanos”, declaró el mandatario al canal Univision.
El secretario de Estado, Antony Blinken, señaló en rueda de prensa que Washington no busca una ruptura, sino “recalibrar la relación” con Riad. Asimismo, indicó que la administración está revisando la venta de armamento al país musulmán.
Blinken anunció la “prohibición de Khashoggi”, una política que permite a su departamento imponer restricciones de visa a las personas que reprimen o dañan a periodistas, activistas y disidentes en nombre de gobiernos extranjeros.
Apuntó que 76 sauditas acusados de amenazar a periodistas o disidentes en el extranjero estarían sujetos inicialmente a la prohibición.
Riad “rechaza totalmente la evaluación negativa, falsa e inaceptable del informe relativo a dirigentes del reino y señala que contiene información y conclusiones inexactas”, señaló la cancillería de la nación árabe en un comunicado.
La publicación del reporte se produjo tras una conversación telefónica entre Biden y el rey Salmán, después de que la Casa Blanca señaló que el presidente tendrá como interlocutor al monarca y no a su heredero.
El informe desclasificado indica que 15 personas fueron enviadas a Turquía para la operación contra Khashoggi, incluyendo miembros de la guardia de élite para la protección del príncipe Mohamed, la brigada de intervención rápida.
Según el diario The Washington Post, la inteligencia estadunidense también descubrió rastros de una llamada del príncipe heredero a su hermano Khalid bin Salman, embajador saudita ante Washington. En la conversación, Mohamed le dio instrucciones para llevar a Kha-shoggi a Estambul.
Bajo las fuertes presiones de Estados Unidos y de la comunidad internacional, el gobierno saudita enjuició a algunos de los perpetradores.
En el proceso a puerta cerrada fueron exonerados dos altos mandos considerados como los autores intelectuales: un cercano ex asesor del príncipe, Saud al Qahtani, y Ahmad al Asiri.
Cinco personas que no fueron identificadas fueron condenadas a muerte y otras tres fueron sentenciadas a duras penas de prisión. Pero nueve meses después, las sentencias de muerte fueron reemplazadas con 20 años de cárcel.