Lagos. Decenas de hombres armados invadieron la madrugada de ayer los dormitorios de una escuela en Jangebe, al noroeste de Nigeria, y se llevaron a 317 alumnas, informó la policía del estado de Zamfara, donde se lanzó una operación de rescate para encontrarlas.
El presidente de Nigeria, Muhammadu Buhari, condenó el secuestro “inhumano” y afirmó que no cederá al chantaje de los bandidos que buscan recompensas.
El secretario general de la Organización de Naciones Unidas, António Guterres, exigió la “inmediata e incondicional liberación” de las jóvenes.
La situación en materia de seguridad es cada vez más precaria y los habitantes deben defenderse solos. Ayer al mediodía, una muchedumbre atacó el convoy de responsables locales que acudían al lugar del secuestro. Los habitantes “apedrearon dos vehículos”, según Umar Shehu, periodista del diario local Daily Trust, que viajaba en el convoy. Un cámarógrafo resultó herido.
Unas 50 alumnas lograron escapar del secuestro, pero sus padres rechazaron que los servicios de seguridad las interrogaran en el lugar y saquearon la escuela.
“Se pusieron violentos y empezaron a romper puertas y ventanas, así que no tuvimos más remedio que dejarlos marchar”, aseguró un profesor, que pidió el anonimato.
Un equipo de las fuerzas de seguridad “fuertemente armado fue enviado a Jangebe para apoyar la operación de rescate en curso”, según la policía local.
Este secuestro es el más reciente de una serie de hechos similares perpetrados en el centro y noroeste de Nigeria por grupos criminales.
La semana pasada, unas 40 personas (entre ellas 27 estudiantes) fueron secuestradas en Kagara, en el centro oeste de Nigeria, y 344 adolescentes sufrieron la misma suerte a principios de diciembre en el estado de Katsina.
En el más reciente de los casos, el presidente nigeriano lanzó una operación de rescate, pero los rehenes aún no han sido liberados.
En el caso de los adolescentes de Kankara, fueron liberados tras una semana de cautiverio y negociaciones entre las bandas y los gobiernos locales.
El secuestro causó conmoción mundial y trajo a la memoria el de más de 200 niñas por parte de Boko Haram en Chibok (noreste), en 2014.
Estas bandas criminales están impulsadas por la codicia, pero algunas tienen vínculos con grupos yihadistas presentes en el noreste, a unos cientos de kilómetros.
Desde hace años, practican secuestros a cambio del pago de un rescate, atacando pueblos o autobuses en cruces de carreteras. Pero en los últimos meses han multiplicado los ataques contra las escuelas.