Concluye febrero y las dos iniciativas presentadas al Senado de la República para erradicar el outsourcing ilegal (una en diciembre de 2019, otra en noviembre de 2020) y regular el “legal” se mantienen en lo más profundo del congelador legislativo por obra y gracia del cabildero patronal Ricardo Monreal, quien no deja de dar largas y más largas al asunto, porque, según dijo, él tiene que “cumplir con los acuerdos con los empresarios”, amén de que actuar en sentido contrario sería “tomarles el pelo; yo empeñé mi palabra” (a favor de ellos, desde luego). Y tan lo hizo, que al “rey” de esta lesiva práctica, Raúl Beyruti, le dio tiempo más que suficiente de planear su huida del país (primero se fugó y después vino la orden de aprehensión).
Millones de trabajadores sufren las terribles consecuencias de esa lesiva práctica laboral (“legalizada” por Felipe Calderón en 2012), pero a pesar de las dos iniciativas citadas (una del senador Napoleón Gómez Urrutia, ya dictaminada, y otra del presidente López Obrador) para erradicarla, el caballo empresarial de Troya que despacha en el Senado ha hecho hasta lo impensable para evitar su aprobación.
En diciembre pasado el zacatecano contó un fábula: “habrá un compromiso amigable entre empresarios y gobierno federal para que este fin de año no despidan trabajadores y puedan acceder al reparto de sus prestaciones de fin de año”.
Pues bien, en los hechos los empresarios violaron ese “amigable compromiso” y en diciembre de 2020 despidieron a cerca de 280 mil trabajadores del sector formal de la economía, lo que “no es atribuible a los efectos de la pandemia, sino al famoso outsourcing” (AMLO dixit) utilizado por los patrones para evadir el pago de impuestos y las prestaciones de ley.
Por aquellos días Monreal dijo que “ante la falta de condiciones para aprobar las reformas que eliminan la subcontratación”, las citadas iniciativas se discutirían y, en su caso, aprobarían en febrero de 2021, pero concluye ese mes y las mantiene fuera de la agenda legislativa, mientras los trabajadores padecen las consecuencias y el fisco también.
Enemigo en casa, pues, pero lo que sí ha logrado la cúpula empresarial, por medio de su fiel servidor Monreal, es posponer y posponer hasta el olvido el análisis, discusión y eventual aprobación de las iniciativas de ley en materia de outsourcing.
Sirva lo anterior para contextualizar lo dicho por el procurador fiscal de la Federación, Carlos Romero Aranda: “se pervirtió tanto el mercado de la subcontratación ( outsourcing) que al final el negocio era quién robaba más al fisco; como referencia, de 4 mil empresas dedicadas a este negocio, sólo 40 cumplen con sus impuestos; las irregularidades en el pago de obligaciones vinculadas al trabajo alcanzan varios esquemas, por ejemplo, están por presentarse alrededor de 100 querellas contra personas bajo el régimen de asimilados a salarios que nunca enteraron a Hacienda; la subcontratación no se limitó a ser un mecanismo para que las empresas redujeran costos, el abuso llegó al grado de que además de subregistrar a los trabajadores con salario mínimo, se les daba de alta frente al IMSS sólo un día del mes; las empresas que tienen su nómina en este esquema deberían iniciar el periodo de transición; es muy sencillo: línea de captura u orden de captura” ( La Jornada, Dora Villanueva).
Romero Aranda presentó su libro Outsourcing, tercerización o subcontratación laboral. En el evento participó el director general del IMSS, Zoé Robledo, quien expuso que “muchas de las empresas dedicadas a la prestación de estos servicios son de papel; cuando se inician acciones de fiscalización desaparecen y luego abren otra razón social, con lo que dejan una estela de adeudos incobrables. En un caso reciente se encontró que los trabajadores estaban registrados con un sueldo base de 166 pesos; iniciadas las auditorías se documentó que éste debía ser de 865 pesos, 421 por ciento más. De ese tamaño se ha abusado. Tres empresas concentran 242 mil puestos de trabajo en tercerización” (ídem).
Las rebanadas del pastel
Una buena, otra mala: de acuerdo con el Coneval, paulatinamente se recupera el empleo, pero aquel que paga entre uno y dos salarios mínimos; la precarización del mercado laboral se mantiene intocada… Va un enorme abrazo para mi Camila adorada por otra velita en su pastel.