Ciudad de México. El presidente Andrés Manuel López Obrador acusó a la Auditoría Superior de la Federación (ASF) de conducirse con “intencionalidad política”, al elaborar un informe tendencioso, falso, de mala fe, politiquero, sobre el costo de la cancelación del aeropuerto de Texcoco, y de esa forma dañar a su gobierno. Por ello, en una carta dirigida a la presidenta de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, Dulce María Sauri, el mandatario pidió una investigación para esclarecer las “equívocas afirmaciones” de la ASF.
En conferencia de prensa en Palacio Nacional, sostuvo que la denuncia “no es un asunto personal contra nadie” y, a pregunta expresa de si debería ser removido el titular de la Auditoría, David Colmenares, respondió que deja la decisión al resultado de la indagatoria.
Subrayó que la ASF “más que hacer mal las cuentas” actuó a partir de “motivaciones políticas”, de ahí que su gobierno decidió no dejar pasar este asunto porque está de por medio la dignidad.
Aclaró que no se trata de interponer una denuncia en la fiscalía sino que un poder independiente haga la revisión a fin de fortalecer a las instituciones y evitar que se utilicen con fines políticos para afectar al gobierno o a la oposición.
En el primer punto de la carta, el Presidente señala que la ASF difundió en medios informativos “que el costo de la cancelación del aeropuerto de Texcoco “fue de 331 mil 991 millones de pesos, cuando en realidad la cifra fue de 110 mil 807 millones de pesos, es decir, una tercera parte de lo publicado”.
Tampoco consideró, agrega, que terminar la obra “significaba destinar cuando menos otros 300 mil millones de pesos y cancelar el actual aeropuerto de la ciudad de México y la base aérea de Santa Lucía, mientras que el nuevo aeropuerto que estamos construyendo, además de hacerse en tierra firme, y no en un lago, implicará una inversión de 75 mil millones de pesos.
“O sea, se tendrá un ahorro de 225 mil millones de pesos, lo cual demuestra que la decisión que se tomó fue la correcta y en completo beneficio de la hacienda pública”, sostuvo. Más adelante, durante la conferencia, anunció que esa cantidad servirá para construir “buena parte” del Tren Maya.
En la misiva, el presidente López Obrador subraya que “aun cuando los responsables de la ASF se han retractado ante tamaño absurdo, esgrimiendo que aplicaron mal sus métodos de proyección, considero que una actitud de ese tipo no sólo obedece a una deficiencia técnica, sino también a una intencionalidad política, pues, como sucedió, ésta y otras falsedades contenidas en el informe fueron utilizadas por la oposición conservadora y por la prensa que defiende al antiguo régimen corrupto para tratar de dañar la imagen de rectitud y honestidad de nuestro gobierno”.
El documento concluye con la petición de la indagatoria “para el esclarecimiento de las equívocas afirmaciones y despeje la lamentable desinformación producida en la opinión pública”.
Luego, frente a los reporteros, el mandatario comentó que la actitud de la ASF se puso de manifiesto desde el momento en que se filtró el documento, por lo que no descartó que en el organismo haya auditores y abogados simpatizantes de la oposición.
No obstante en ese punto, “sin defender a nadie”, afirmó que tanto las filtraciones como las fobias de los tecnócratas persisten en todos lados. “Yo mismo tengo que andar a las vivas de quiénes están trabajando en el gobierno para que no haya cosas indebidas”, mencionó, al tiempo de lamentar el proceder de la ASF.
“Claro, ya nos hicieron un daño. Es lo mismo de la máxima del hampa del periodismo, que la calumnia, cuando no mancha, tizna”, expresó.