Los usuarios de sistemas privados de electricidad en Texas pagaron por el servicio, en un par de décadas, 28 mil millones de dólares más que los que mantuvieron sus contratos con empresas públicas tradicionales, reveló una investigación publicada por The Wall Street Journal.
La desregulación del mercado de la electricidad de Texas debía de brindar energía confiable a un precio más bajo, pero la semana pasada dejó a millones de personas a oscuras, y sus clientes pagan más por electricidad que los residentes que reciben luz de empresas de servicios públicos tradicionales, reportó el diario, en una investigación publicada en primera plana de su edición de ayer.
Hace casi 20 años Texas dejó de usar empresas de servicios públicos reguladas que brindaban servicio completo para generar energía y llevarla a los consumidores, reportó el diario. “El Estado desreguló la generación de energía, creando el sistema que falló la semana pasada. Y requirió que casi 60 por ciento de los consumidores compraran su electricidad de una de muchas compañías eléctricas minoristas, en lugar de una empresa de servicios públicos local”.
Pero además, de acuerdo con un análisis del rotativo, esos consumidores residenciales desregulados en Texas pagaron 28 mil millones de dólares más por su energía desde 2004 de lo que habrían pagado con las tarifas que se les cobran a los clientes del Estado.
Así, de 2004 a 2019, la tarifa anual por electricidad ofrecida por las empresas tradicionales de Texas fue 8 por ciento más baja que el promedio nacional, mientras las de los proveedores minoristas privados se elevaron en 13 por ciento, señala, al citar datos de la Administración de Información de Energía (EIA).
Por su parte, la Coalición de Texas para una Electricidad Barata –grupo que compra electricidad para uso de gobiernos locales– también estudió los mercados de energía del Estado y concluyó que los elevados precios a nivel estatal en relación con el promedio nacional “deben ser atribuidos al sector desregulado de Texas”.
“Sin embargo, se suponía que esto no sucedería, pues la competencia en el sector del suministro eléctrico debía de reducir los precios para los consumidores. Y, además, éstos podrían buscar la mejor opción, como sucede con el servicio de telefonía celular”, señaló.
Mejor que un monopolio estatal, argumentaron
El sistema sería una mejora sobre las empresas monopólicas de servicios públicos, que tienen poco incentivo para innovar y brindar un mejor servicio al cliente, dijeron los partidarios de la desregulación.
El esfuerzo por desregular el mercado de suministro eléctrico en Texas y otras partes de Estados Unidos se inició en la década de 1990 en medio de esfuerzos similares en aerolíneas, gas natural y servicios telefónicos.
Las compañías podían vender electricidad a un precio barato y aun así recuperar sus costos de capital, pero tenían pocos incentivos para gastar en infraestructura que pudiera proteger a las plantas de energía durante olas frías severas y esporádicas.
Así ocurrió durante la crisis de la semana pasada y ahora que la electricidad se ha restablecido en gran parte, las compañías eléctricas minoristas se han convertido en el centro de atención, menciona la investigación.
Algunas de estas empresas están cobrando a los clientes recibos exorbitantes, pues en el tiempo que se suscitó la crisis, durante varios días, los precios de la energía se dispararon al límite máximo del precio del mercado de 9 mil dólares por megavatio-hora.