Ciudad de México. Con la conversión de hospitales para atender a los pacientes contagiados de Covid-19 y cerrar las áreas de oncología, cardiología, entre otras, así como tener a la mayoría de los médicos volcados en tratar el coronavirus, “se está pagando un precio muy alto” ya que, por ejemplo, se estima que las investigaciones como las relacionadas con el cáncer se retrasarán más de dos años, señaló Aaron Ciechanover, premio Nobel de Química 2004.
Además, hay pacientes que padecen otras enfermedades que no están siendo diagnosticados ni reciben sus tratamientos a tiempo, añadió el académico de la Facultad de Medicina del Instituto de Tecnología en Haifa, Israel.
En el 51 Congreso de Investigación y Desarrollo, del Tecnológico de Monterrey, expuso que mientras se enfocan las acciones para enfrentar la pandemia, otras enfermedades y afectaciones, como el cambio climático, siguen manifestándose. “No se fueron de vacaciones, el cáncer y los problemas del corazón no tomaron un año sabático ni un fin de semana”, dijo.
Por otra parte, alertó sobre los movimientos antivacunas que pueden derivar en muchas más muertes de las que ha dejado la pandemia de Covid-19. Indicó que incluso en Israel, donde ya se ha inoculado a más de 4 millones de personas, casi 50 por ciento de su población, hay grupos que rechazan el biológico. “Se rehúsan a vacunarse, muchos dicen que escucharon que la vacuna va a causar infertilidad en las mujeres, va a matar”, todo basado en noticias falsas, mencionó.
En este sentido, Ciechanover, bioquímico galardonado en 2004 por el descubrimiento de la degradación de proteínas mediada por ubiquitina, destacó que actualmente en Israel se tiene “el mayor experimento en el mundo, en cada ciudadano que se ha vacunado” pues no hay ni un solo caso de efectos secundarios severos relacionados directamente con la vacunación”.