La Cámara de Diputados turnó al Senado la reforma presidencial a la Ley de la Industria Eléctrica que, defendieron diputados de Morena, PT y PES, “recupera la rectoría del Estado” en la generación de electricidad para poner fin a los subsidios a las empresas privadas.
En la votación, Morena no logró la unanimidad interna en favor: los recién integrados a esa bancada y que provienen del Partido Verde, Francisco Elizondo, Nayeli Fernández, Patricia Peralta y Érika Mariana Rosas, rechazaron el dictamen.
Gabriela Cuevas, que como senadora del PAN en 2013 votó por la reforma energética de Enrique Peña Nieto, hoy con las siglas de Morena votó en abstención en su discusión en lo particular, y en lo general se ausentó al momento de votar la iniciativa. El michoacano Agustín García también se pronunció en ese sentido.
El debate, que inició el martes, se extendió por cerca de 17 horas hasta casi las 5 de la mañana de ayer debido a las más de 400 reservas presentadas tanto por la oposición como por Morena y sus aliados parlamentarios.
Durante este lapso, los legisladores de todas las fracciones participaron en casi 90 ocasiones para argumentar en tribuna o por vía remota sus reservas al dictamen.
Los morenistas y petistas expusieron los daños a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) ocasionados por los contratos y subsidios a privados.
En el sexenio pasado, con la “reforma nefasta, el PRI y el PAN apostaron por la privatización y menospreciaron la debilidad del sector energético que les señalamos hace ocho años. Tuvieron la oportunidad de hacer bien las cosas y la desperdiciaron”, indicó Carol Altamirano, de Morena. La derecha se escuda tras argumentos ambientales y de competitividad, pero realmente está defendiendo sus intereses, agregó el legislador oaxaqueño.
Tras señalar que con Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón se “promovieron los negocios privados a costa de los recursos de la nación”, la morenista Vanessa del Castillo sostuvo que con la reforma de Enrique Peña Nieto “pisotearon” la Constitución, y “la ultrajaron” al borrar “de un plumazo la exclusividad de la nación en la prestación del servicio público de energía eléctrica. Todo por unos fajos de billetes”.
Con 289 votos de los tres partidos y 152 en contra de la oposición, a la que se sumó el Partido Verde, así como una abstención, la propuesta fue avalada por el Pleno y turnada al Senado.
Los legisladores del PRI, PAN, PRD y Movimiento Ciudadano reiteraron que el cambio a la ley ocasionará incrementos al costo de la energía eléctrica, mayor contaminación y problemas internacionales por la modificación de contratos con empresas extranjeras.
“Es mentira que la CFE esté quebrada, reporta utilidades de 2016 a la fecha gracias a una reforma de apertura que la ha refortalecido”, indicó la fracción del PRI.
Su aprobación “afectará la confianza de los inversionistas extranjeros” y a los estados “con mayor inversión en energías renovables como lo es Tamaulipas”, agregó Jorge Espadas, del PAN. Ya entrado el debate, el blanquiazul José Elías Lixa tildó de “fanáticos descerebrados que no razonan” a los defensores de la propuesta.