Aunque la derrota de Ricardo Monreal en la contienda para definir candidatos por Morena a la alcaldía de esta ciudad fue rotunda, una muy buena parte de los observadores de la elección que viene asegura que la guerra aún continúa.
Para nadie es un secreto que cuando el hoy Senador se dé cuenta de que no tiene ni el tamaño ni la fuerza para ir por una candidatura a la Presidencia de la República, por Morena o por cualquier otro partido, la puerta de salida que podrá usar para seguir vigente en el quehacer político y en sus ambiciones será la Ciudad de México.
Por eso, la derrota sufrida dentro de Morena resulta preocupante, saben que el grupo o la tribu de Monreal quedó aparentemente fuera de combate, pero podría ser eso, sólo una apariencia.
En las filas del senador hay quienes aseguran que la intención nunca fue tomar las riendas del Congreso de la CDMX, y que si la derrota no fue pactada no resulta de primera importancia para esa organización.
Y es que advierten que los cañones apuntan más alto, ya que lo realmente se busca es tener una mayoría de diputados federales para, con la vieja fórmula de presionar y negociar, lograr ventajas para una posible postulación para el gobierno de la capital.
Por otro lado, parece que ese proyecto fue detectado en el partido donde quienes buscan la relección y quienes apenas la pretenden han jurado lealtad eterna –eso quiere decir de aquí y hasta finalizar el proceso electoral– al gobierno actual.
Ya casi no hay resistencia en lo que toca a las diputaciones locales, por ahí sólo queda sin definir el distrito 11, donde la señora Vanessa Gomora se enfrenta a Lourdes Paz, una decidida alumna de Monreal, pero parece que es uno de los muy pocos casos de conflicto que todavía persisten.
Por lo que hace a las definiciones para los distritos federales, la situación cambia diametralmente, no hay trabajo de Morena en ninguno de ellos, si se toma en cuenta una evaluación muy genérica que ha levantado el partido dominante en la ciudad.
Ese podría ser el terreno que busca pisar Monreal, acompañado de algunos sobrevivientes de la contienda por las alcaldías, aunque lo que advierten en todas partes es que la opción del zacatecano tiene un muy alto nivel de rechazo entre la militancia morenista, que no acepta algunas de las formas de hacer política del senador al que, se diga lo que se diga, se le están acabado las opciones, por lo que el fracaso en la ciudad sólo podría ser el anuncio del naufragio.
De pasadita
Parece que cuando menos en un par de dependencias federales la suerte está echada y muy pronto habrá cambios importantes, en lo más alto de las secretarías donde el juego sucio y la incapacidad serán los argumentos para desviar los cauces.
Pero, aunque las decisiones ya están tomadas, los negativos de quienes deberán abandonar la chamba siguen creciendo conforme avanza el tiempo, o para decirlo de otra forma: no tienen remedio.
Los límites de la paciencia frente al chismorreo, los golpes bajos y los trabajos equivocados se han agotado, y tal vez sólo se espere un tiempo adecuado para aterrizar las determinaciones.
Y aunque parece que no hay indicios de tales cambios y que desde dentro se puede hacer cualquier tipo de cosas, fallar o meter ruido, lo cierto es que eso está prohibido y se castiga con una sola pena: la expulsión de la 4-T. Tan-tan.