Cuando el poeta Lawrence Ferlinghetti me propuso si podría organizarle una visita a la Ciudad de México, dije que sí de inmediato, sin saber aún qué tendría que hacer; era 2002. Lo primero que me pidió el fundador de la librería City Lights a través de un correo electrónico fue: “no me lleves a un hotel para gringos”, refiriéndose a una de esas cadenas ostentosas. Se quedó en el rústico Hotel de Cortés (ahora convertido en museo), que fue motivo de un poema que escribió durante su estancia:
Hotel de Cortés
En el hotel de Cortés / no todo está perdido / mientras exista /un loro en el patio / y una fuente en medio / con mazos de flores / y gente que desayuna / como si no pasara nada….
Durante aquel alucinante viaje, Ferlinghetti intervino una de las paredes de nuestra oficina en la Casa del Poeta Ramón López Velarde con una pintura en defensa de las mujeres. También hubo una comida con Juan José Gurrola en el restaurante Peces y se hizo una presentación blasfema en el cabaret Bombay, uno de los lugares a los que acudieron los poetas beats durante algunas de sus visitas a México, según recordó el mismo Lawrence, pero también hizo otra lectura más formal en el Palacio de Bellas Artes, donde no nos permitió dar un coctel por temor a una borrachera al estilo Jack Kerouac.
Ferlinghetti aceptaba el frenético ritmo de nuestro itinerario por mera cortesía, pero en realidad él ubiera preferido una estancia más tranquila. Muy distinto al desbordado ímpetu de sus contemporáneos, Ferlinghetti era muy austero y reservado, bebía muy poco y prefería dormir temprano; su sonrisa fraterna y el azul profundo de su mirada transmitían una gran paz interior.
Lo más trascendente de esta visita, además de compartir una fraterna amistad, fue la invitación que nos hizo para que la revista Generación tradujera y publicara su libro La noche mexicana. Este diario poético se publicó originalmente en inglés en 1962 (New Directions Books), pero paradójicamente nunca se tradujo al español, a pesar de estar dedicado a México. En 2003 se publicó en coedición con el INBA y posteriormente se realizó una reimpresión de la cual aún queda una doce-na de ejemplares. La presentación de ese libro se celebró en la ciudad de Oaxaca y corrió el mezcal muy generosamente.
En 2004, como correspondencia, fui invitado a la ciudad de San Francisco, California, por los poetas Neeli Cherkovski (biógrafo de Charles Bukowski y Lawrence Ferlinghetti), quien me hizo un recorrido personalizado por su librería City Lights y el café Trieste. Fue una epifanía beat. Nunca más vi de nuevo al valiente editor del poemario Aullido, de Allen Ginsberg. Tuvimos comunicación intermitente, planes fallidos por regresar a México. Se ha cerrado la página de los poetas beats en México, Lawrence Ferlinghetti ha muerto a los 101 años.