Washington. Estados Unidos superó ayer medio millón de decesos por Covid-19, más del doble que cualquier otro país en el mundo, según la Universidad Johns Hopkins.
Más aún, significa que este país, con 4 por ciento de la población mundial, tiene 20 por ciento de todas las muertes por Covid-19 y una de las tasas más altas de muertes por cada 100 mil residentes, sólo superada por algunos países como Bélgica, Reino Unido e Italia.
El presidente estadunidense, Joe Biden, ordenó colocar las banderas a media asta al superarse la “descorazonadora” cifra, pese a que el avance de la vacunación en el país genera optimismo.
“Más estadunidenses han muerto en esta pandemia que en la Primera Guerra Mundial, la Segunda Guerra Mundial y la Guerra de Vietnam juntas”, declaró Biden.
“Yo sé lo que se siente”, afirmó el mandatario en referencia a las numerosas tragedias que ha superado en su vida, en un mensaje solemne en el que pidió a sus compatriotas que permanezcan vigilantes, que mantengan la distancia social, que usen mascarillas y que se vacunen.
“Esta nación volverá a conocer la alegría. Y mientras lo hacemos, recordaremos a cada persona que perdimos, las vidas que vivieron y los seres queridos que dejaron atrás. Vamos a salir de esto. Lo prometo”, concluyó.
Tras el breve discurso, Biden participó en una ceremonia en el jardín de la Casa Blanca, donde se instalaron velas para recordar a los fallecidos. Junto a su esposa Jill, la vicepresidenta, Kamala Harris, y su marido, Doug Emhoff, guardaron un minuto de silencio y antes de volver a entrar en la Casa Blanca, Biden, quien es católico, se persignó.
El inmunólogo Anthony Fauci, asesor del gobierno federal, lamentó que Estados Unidos “lo haya hecho peor que la mayoría de los demás países” en su respuesta a la pandemia, en una entrevista para Good Morning America.
A diferencia de muchas naciones del mundo, que tuvieron confinamientos nacionales y donde se ordenó el uso de mascarillas, el ex presidente Donald Trump dejó las decisiones de salud pública en manos de los gobiernos locales, lo que dio lugar a un mosaico de normas que a menudo contradecían a los médicos y funcionarios de salud.
Tras muchas reuniones navideñas sin mascarilla, enero se convirtió en el mes más mortífero de la pandemia hasta el momento, con una media de 3 mil muertos diarios.
A pesar de las dramáticas pérdidas, la tendencia en el país es a la baja. Más de 28 millones de casos se registraron hasta la fecha en el país, aproximadamente 25 por ciento de todas las infecciones mundiales. Tras alcanzar un máximo de casi 300 mil nuevos casos en un solo día, el 8 de enero, Estados Unidos informa ahora de unos 70 mil nuevos contagios diarios.
Los expertos atribuyen la disminución, en parte, al uso generalizado de cubrebocas, al distanciamiento social y a las vacunas. Alrededor de 12 por ciento de las personas en el país han recibido al menos una dosis de vacuna y alrededor de 5 por ciento están completamente vacunadas.