Un mes antes de ser noqueado, Miguel Berchelt, confesó que le habría gustado que la pelea contra Óscar Valdez ocurriera más adelante y no el 20 de febrero pasado, como al final sucedió. En noviembre de 2020 padeció Covid-19 y durante algunas semanas tuvo un cuadro fuerte, aunque sin necesidad de hospitalización. Después del periodo de la enfermedad, la recuperación fue muy complicada, incluso contó que volver a entrenar se convirtió en una terrible experiencia.
El desenlace quedó registrado en la pelea del 20 de febrero. Berchelt fue una versión irreconocible del campeón que defendió el título en seis ocasiones. Fue noqueado en el décimo episodio. Sin restar mérito al trabajo de Valdez, el desempeño de su rival fue inusual. Durante la transmisión de la pelea y en algunos reportes surgieron dudas sobre las secuelas que pudiera dejar el Covid en los deportistas.
El especialista en neurociencias e investigador de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, Jorge Alberto Guzmán Cortés, refiere a La Jornada que aún se sabe poco acerca de las secuelas que tiene el Covid en las funciones cerebrales, en concreto la llamada niebla cognitiva, y su impacto en el desempeño de las personas recuperadas. Un campo todavía más incipiente cuando se explora el campo de deporte.
“No es un diagnóstico en el caso de Berchelt”, aclara el investigador, “pero hipotéticamente existe la probabilidad de que los efectos neurológicos, o cognitivos, relacionados con el Covid, pudieran tener un impacto en la manera como se despeñó el boxeador”.
Esta neblina cognitiva, explica el doctor Guzmán, ya se menciona en algunos estudios y está relacionada con dificultades en el pensamiento y en la ejecución de ciertas acciones, como una especie de torpeza o lentitud, como si no se estuviera en plenitud de facultades.
Un estudio publicado por la revista especializada The Journal of NeuroVirology reveló la presencia de deficiencias por periodos hasta de cien días en la memoria y la ejecución de acciones en un grupo de personas que sufrieron Covid-19 de leve a moderado y que no necesitaron hospitalización. Esas secuelas podían llegar hasta 120 días en algunos pacientes con cuadros más severos.
“A medida que aumentan los casos de enfermedad por coronavirus en todo el mundo, es necesario prestar atención a los posibles impactos neurológicos a largo plazo para la mayoría de los pacientes que experimentan enfermedades leves a moderadas”, planeta el estudio.
El presidente del CMB, Mauricio Sulaimán, comenta que es todavía un reto ante lo desconocido de la enfermedad y las preguntas que plantea sobre sus secuelas. Sin embargo, señala que la comisión médica del organismo ya analiza los casos de boxeadores que han padecido la enfermedad, aunque reconoce que todavía es un terreno muy incierto.