Roma. Con dos goles, Cristiano Ronaldo condujo ayer a la Juventus de Turín al triunfo 3-0 sobre el colista Crotone en el cierre de la jornada 23 de la Serie A italiana. El triunfo impulsó a los bianconeri al tercer puesto de la clasificación, detrás de Inter de Milán y de AC Milan.
El astro portugués abrió el marcador al minuto 38 y amplió la brecha justo antes del descanso (45+1). Ya en la segunda mitad, el estadunidense Weston McKennie anotó el tercero de la noche a los 66 de acción.
Después de dos derrotas consecutivas, contra el Nápoles (1-0) el sábado y frente al Oporto (2-1) el miércoles en la ida de los octavos de final de la Liga de Campeones, la Juve necesitaba con urgencia rencontrarse con los tres puntos e hizo valer su condición de favorito para aplastar al débil Crotone, acercándose de paso en la tabla al AC Milan.
Los rossoneri cayeron estrepitosamente (3-0) el domingo frente al Inter en el derbi de Milán, un resultado que deja a los nerazzurri con 53 puntos y al AC Milan con 49. La Juventus, con un partido menos, suma 45 unidades.
Además del derbi, el domingo tuvo lugar la goleada por 4-2 del Atalanta, ubicado en quinto lugar –rival del Real Madrid en octavos de final de la Champions–, sobre el Nápoles, que está en el séptimo peldaño, así como el empate sin goles de la AS Roma (cuarto sitio), en Benevento, que marcha décimo quinto.
El Crotone saltó ayer al terreno de juego sin complejos, buscando los contragolpes. El equipo de Andrea Pirlo tuvo que ser paciente para encontrar un hueco en el muro calabrés. Cerca del descanso, Cristiano Ronaldo lo conseguía mandando a las redes, mediante potente cabezazo, un buen centro del lateral brasileño Alex Sandro.
Poco después, el ex jugador del Real Madrid chutó fuerte desde fuera del área. El arquero del Crotone logró desviar el balón, que no salió por la línea de fondo, sino que fue a parar a los pies de Aaron Ramsey. El centrocampista galés, de primeras, centró hacia el área pequeña para que el propio Ronaldo rematara certero.
Con la cómoda ventaja de 3-0 en el tablero, la Juve bajó el ritmo y el portero Gianluigi Buffon debió incitar a sus compañeros, con gritos y manotazos, pidiendo que no aflojaran marcas para mantener el cero en su arco.