Guitarras, teclados y micrófonos han estado guardados desde hace casi un año. La emergencia sanitaria ha golpeado al sector de la música, tal vez más que a otros rubros. Desde marzo de 2020 están suspendidos conciertos, festivales, teatros y hasta presentaciones en restaurantes.
Las restricciones y la crisis económica han dejado sin empleo no sólo a quienes suben al escenario, sino también a los encargados de audio, iluminación y taquilleros, indicó Carlos Alberto Rojas, quien encabeza la oficina de representación de Panteón Rococó, Lila Downs, Gepe y Juan Manuel Torreblanca, entre varios más.
A otros, como el tenor Francisco Baltierra, integrante del coro de la Orquesta Sinfónica del Estado de México, la pandemia lo llevó a salir a las calles a ofrecer serenatas. Mientras muchos músicos han encontrado alternativas en dar clases virtuales, quienes integran el personal o equipo técnico de las bandas y artistas han buscado otras vías de sobrevivir, como la venta de comida.
Frente a la prohibición de conciertos, una opción a la que recurrieron algunos artistas, tanto en la música como en el teatro es la presentación por transmisiones en línea. Sin embargo, este formato no ha generado los ingresos suficientes para la mayoría ni crea los empleos habituales, explicó Rojas.
La mayoría de los artistas consolidados, además de ganar dinero por cobro de derechos, han optado por diversificar sus salarios y cuentan con negocios como restaurantes o empresas de otros giros. Para el resto de quienes laboran en este sector, sus entradas económicas eran principalmente las presentaciones en vivo.
Una empresa es la encargada de contratar a los artistas, pero para la logística, de grandes festivales o presentaciones reducidas se subcontratan diversos servicios como iluminación, seguridad, venta y recepción de boletos o comercio de bebidas y alimentos; cada una tiene distintas formas de contratación, pero la mayoría tiende a hacerlo “por llamado”, por lo que es común que no hagan contratos laborales con derechos o prestaciones.
Baltierra relató que desde abril del año pasado la orquesta en que participa quedó “en pausa”, una forma elegante para decir que no les pagarán hasta que concluya la pandemia, explicó.
Frente a la falta de ingresos se dedicó a recorrer unidades habitacionales de Coyoacán para ofrecer serenatas, lo que le ha generado contrataciones. Estar lejos de otras personas es más seguro, afirma, además de que la experiencia no es nueva, ya que desde que inició su formación en ocasiones ha recurrido a la llamada música callejera. También tuvo que incursionar en la tecnología con un canal de YouTube para darse a conocer.
En redes sociales, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Música de la República Mexicana expresó: “No sé si el público entiende lo terrible que es la situación para millones de profesionales. La Ópera Metropolitana de Nueva York acaba de anunciar su cierre hasta septiembre de este año. Músicos, coro, técnicos de escena han estado sin salario desde abril pasado”.