El sector agroalimentario es extremadamente vulnerable al cambio climático y se prevé que durante este siglo la producción de alimentos, como el maíz de temporal perdería hasta 40 por ciento de la producción y además el 55 por ciento de las perdidas nacionales de granos sería en Sinaloa, Tamaulipas, Jalisco, Chiapas y Guanajuato, advirtió Amparo Martínez, directora del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (Inecc).
Ello sería sin aplicarse medidas de adaptación y mitigación. Detalló que actualmente la agricultura genera el 23 por ciento de emisiones, afecta al 70 por ciento de la tierra en el planeta. Destacó que la recuperación de suelo es fundamental para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero, causantes del cambio climático.
Durante el foro Cambio climático en el sector agroalimentario y los territorios rurales en México, explicó que en el país se preven escenarios que pueden bajar la producción agrícola entre 5 y 20 por ciento de las dos próximas décadas y hasta 80 por ciento a fin de siglo. Destacó que el país tiene el compromiso internacional de reducir 8 por ciento de sus emisiones en el agro para el 2030 y para ello se plantea el mejoramiento prácticas agrícolas, reducción de quemas y sistemas agroforestales, entre otros.
En relación con las Contribuciones Nacionales Determinadas, cuya actualización presentó el país el año pasado en el contexto del Acuerdo de París, admitió que los números de las metas no cambiaron, pero dijo que hay una gran riqueza en las metas.
Por su parte, Arturo Argueta, subsecretario de Planeación de la Semarnat, sostuvo que de la superficie agrícola 74 por ciento se cultiva en regiones de temporal, expuesta a efectos adversos del cambio climático, como sequías, inundaciones, etc. el 26 por ciento tiene riego, pero enfrenta el riesgo de la salitrización.
México importa 43 por ciento de alimentos básicos, lo cual puede crecer en ausencia de intervención pública, con los efectos acumulativos del cambio climático, el IPCC estima que 23 por ciento de emisiones provienen de la agricultura y otros usos de la tierra.
A su vez, Víctor Villalobos, secretario de Agricultura, dijo que el cambio climático ha afectado la productividad agropecuaria con temperaturas extremas, nuevas plagas y enfermedades, sequías prolongadas. Dijo que el agua para la agricultura ha sido limitante en norte y centro del país, se deben establecer prácticas para su manejo y el suelo se ha perdido por la erosión, por lo que se debe hacer un programa de largo plazo para poder utilizarlo mejor. Sobre los recursos genéticos, se puede rescatar la información genética, para ser más eficientes. “No se puede poner en riesgo la seguridad alimentaria. El cambio climático impone la necesidad de tener alternativas”, señaló.