Las agencias de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y para la Infancia (Unicef), junto con la Unión Europea, destinarán 7.5 millones de euros –poco más de 9 millones de dólares– a un programa de 30 meses dirigido a la atención de los niños migrantes en Centroamérica, México y África del Sur.
El objetivo es fortalecer los sistemas de protección infantil y brindar alternativas a la detención migratoria de los pequeños.
Las agencias de la ONU trabajarán junto con los gobiernos nacionales, autoridades locales y organizaciones de la sociedad civil para garantizar la mejora de la capacidad de los sistemas de protección infantil para incluir servicios sensibles al género y opciones de cuidado alternativo a la detención de migrantes.
También buscarán incrementar la capacidad de los actores de primera línea para identificar a los niños en movimiento que sufren o corren el riesgo de vivir violencia de género y enviarlos a cuidados alternativos apropiados en la familia y la comunidad.
Los niños en movimiento, expone el proyecto, enfrentan una variedad de riesgos en los países de origen, tránsito y destino, entre ellos “la detención, el secuestro, la separación de sus padres y cuidadores, la violencia, la explotación y el abuso”, y son las niñas quienes más riesgos enfrentan.