El objetivo principal del Programa Jóvenes Construyendo el Futuro, a cargo de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), de fomentar la inclusión laboral de quienes no tienen oportunidades de empleo o estudio está lejos.
La dependencia indicó que entre 20 y 24 por ciento de los egresados en 2020 fue o está por contratarse, pero la Auditoría Superior de la Federación (ASF) detectó que del millón 194 mil 761 becarios, para agosto sólo 9 mil 232, 0.8 por ciento, trabajaban donde se capacitaron.
La ASF detectó deficiencias en los mecanismos para revisar resultados y concluyó que no hay seguimiento hacia los egresados ni de sus habilidades aprendidas.
Entre las revisiones hechas al programa relacionados con la cuenta pública 2019, la ASF realizó la auditoría de desempeño 373–DE en la que apunta que de los 195 mil 454 centros de trabajo, 5 mil 903 (3 por ciento) contrataron a becarios tras su capacitación.
Aunque se trata del ejercicio 2019, y que al concluir aún no había becarios que terminaran los 12 meses de entrenamiento, la ASF aclara que la secretaría “proporcionó un listado actualizado a agosto de 2020”, con un millón 194 mil 761, de los cuales 0.8 por ciento “fueron contratados en aquellos centros en los que se capacitaron, sin que la dependencia acreditara dicho resultado, cifra que muestra una mínima cobertura de la incorporación al mercado laboral de los jóvenes”.
Como mecanismo de seguimiento, la dependencia estableció la estrategia Mes 13, para ofrecer a los aprendices egresados opciones enfocadas a asegurar una transición exitosa de la capacitación en el trabajo a la obtención de un empleo, autoempleo o la reanudación de estudios.
“La dependencia no acreditó las acciones y documentación que demuestre la implementación y resultados de dicha estrategia ni la promoción realizada mediante el Servicio Nacional de Empleo respecto de la incorporación de los jóvenes al mercado laboral al término de su capacitación; tampoco da seguimiento a los egresados de los centros de trabajo.”
Por eso no fue posible comprobar que los becarios inscritos en 2019 y que concluyeron su capacitación se incorporaran al mercado laboral en otras empresas.
En su primer año de operación, 4 mil 853 beneficiados se dieron de baja, muchos de ellos sin detallar las causas, otros lo hicieron para inscribirse como mentores o por irregularidades del centro de trabajo sin que se detalle el destino que tuvieron.
De los 1.1 millones de jóvenes inscritos en 2019, al 31 de diciembre de ese año quedaron activos 745 mil 895 (66.7 por ciento), de los cuales, 422 mil 734 (37.7 por ciento) tuvieron un periodo de capacitación de 12 meses.
La carencia de una “métrica y la falta de información” también limitaron la evaluación del impacto de los resultados, por lo que imposibilita medir su contribución.