El inicio de la construcción de la refinería de Dos Bocas se hizo aun cuando Petróleos Mexicanos (Pemex) no contaba con la suficiente información técnica del proyecto y se requería de mayor maduración en el análisis de la viabilidad del proyecto de inversión, señaló la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
“Esta situación incrementa el riesgo de que se materialicen factores originalmente no previstos que afecten el desarrollo de la refinería”, precisó en su informe de la Cuenta Pública 2019 entregado este sábado a la Cámara de Diputados.
Detalló que entre 2023 –cuando se espera que inicie operaciones– y 2025, la refinería podría generar 16 por ciento de la producción nacional de combustibles, pero alertó que para evitar que la infraestructura sea subutilizada, Pemex debe garantizar el abasto de crudo al Sistema Nacional de Refinación, en momentos en que la producción –señaló– se ha reducido.
La ASF consideró que la refinería de Dos Bocas es un proyecto relevante para el país, dado que la baja capacidad de refinación de crudo llevó a que en 2018 –un año antes de la cuenta a revisión–, 74 por ciento del mercado de gasolinas se cubrió con importaciones.
En 2023, cuando se espera que inicie operaciones, Dos Bocas recibiría 240 mil barriles al día de crudo y en 2025, 267 mil barriles al día.
Para este proyecto, la ASF revisó el caso de negocio y 14 entregables elaborados por Pemex Transformación Industrial, con base en la metodología Front End Loading (FEL), utilizada en el proceso de toma de decisiones para invertir grandes sumas de capital en la industria de petróleo y gas, con objeto de mitigar los riesgos asociados a un proyecto y mejorar el retorno de la inversión.
Tal metodología, agregó, está basada en tres fases de acreditación, a fin de contar con detalles que le permitan iniciar la ejecución, seguimiento y control del proyecto, conocidas como FEL I, FEL II y FEL III, y se utiliza para analizar y valorar la probabilidad de que un proyecto alcance su desempeño técnico, cumpla con los tiempos establecidos, así como con los objetivos y costos programados.
“No obstante, la empresa inició la construcción en la etapa FEL I, aun cuando es hasta después de la etapa FEL III que es posible comenzar con la ejecución de trabajos de adecuación de sitio. La ASF considera que no fue conveniente empezar con las obras del proyecto durante la etapa FEL I”, agregó.
Evaluó que se requería una mayor maduración en el análisis de la viabilidad del proyecto de inversión, lo cual “incrementa el riesgo de que se materialicen factores no previstos que afecten el desarrollo de la refinería, pues no se contaba con todos los estudios para acreditar que era completamente viable”.