Hermosillo, Son., El colectivo Madres Buscadoras de Sonora localizó una osamenta sin cráneo que –según sus identificaciones y ropa– correspondería a Marco Antonio Sauceda Rocha, uno de los dos hijos de Cecy Patricia Flores Armenta, lideresa del colectivo, ausente desde el 4 de mayo de 2019 en Bahía de Kino.
Tras recibir una llamada anónima que alertaba del sitio, el grupo emprendió la búsqueda en las inmediaciones de la carretera 100 Hermosillo-Bahía de Kino y en el kilómetro 60 encontraron un cuerpo expuesto que coincidió con la ropa, la billetera e identificaciones de Sauceda Rocha. En entrevista, Flores Armenta aseguró que se trata de su hijo, aunque dijo que esperará a que la fiscalía del estado confirme su identidad con las pruebas genéticas en el laboratorio de Inteligencia Científica Forense.
Madres Rastreadoras regresó ayer al lugar del hallazgo para buscar el cráneo en las cercanías. Su dirigente añadió que continuarán las búsquedas hasta encontrar a Alejandro Guadalupe, su otro hijo desaparecido en Los Mochis, Sinaloa.
“Con mucho dolor, porque aquí se acaba la esperanza, pero seguiré buscando su cráneo aquí mismo porque quiero tener a mi hijo completo, las búsquedas no van a parar por mi otro hijo y por todas las madres que estamos buscando a nuestros corazones”, expresó Flores Armenta.
De enero de 2018 a la fecha se han formado al menos siete grupos en Sonora: Madres Buscadoras de Sonora, Buscadoras de la Paz en Hermosillo, Familias recuperando Tesoros en Puerto Peñasco, Rastreadoras de Ciudad Obregón, Guerreras Buscadoras de Cajeme, Guerreras Buscadoras de Guaymas y Buscadoras en vida de Huatabampo.
De éstos, tres de sus líderes, incluida Cecy Flores, han logrado encontrar los restos de sus hijos víctimas de desaparición forzada.
En octubre de 2020, Nora Lira, del colectivo Rastreadoras de Ciudad Obregón, descubrió los restos de su hija Fernanda Sañudo Lira en una fosa clandestina en Bácum, al sur del estado. El 25 de noviembre, Cecilia Delgado, de Buscadoras por La Paz, encontró a su hijo Jesús Ramón y continuará las pesquisas hasta dar con su otro hijo, Jesús Alfonso Reynoso Martínez.
Los colectivos integrados por mujeres de todas las edades buscan, con pico y pala, de norte a sur a sus seres queridos desaparecidos a pesar de las altas temperaturas en las regiones y a las alertas epidemiológicas por la pandemia de Covid-19.
De acuerdo con sus registros, han logrado ubicar al menos 300 fosas clandestinas, la mayoría ubicadas después de recibir llamadas anónimas o un mensaje en sus páginas de Facebook, donde han publicado al menos 3 mil fichas de búsqueda.