Existe testimonio escrito que data del año 942 en que ya se nombraba a Fallersleben en un documento firmado por el emperador del imperio romano-germánico Otón I de Alemania, conocido mejor como Otón El Grande.
La importancia actual de Fallersleben, una pequeña población al norte de Alemania en el estado de Baja Sajonia, cuenta con un peso histórico que la ubica en el mapa del país como la cuna del poeta creador del himno nacional alemán, August Heinrich Hoffmann von Fallersleben (1798-1894), quien agregó a su nombre –muy común– su lugar de procedencia.
Aquí se encuentra la casa que lo vio nacer, convertida en un elegante hotel, un museo dedicado a su obra y un archivo que resguarda y realiza trabajos de investigación alrededor de este personaje clave en la historia moderna alemana.
Fallersleben tiene impresa en sus calles y callejones la típica arquitectura alemana con entramados de madera y tejados de dos aguas, que invitan al visitante a un relajado paseo histórico.
A manera de orientación, el paseante descubre en su andar pequeñas figuras de metal con el rostro del poeta en los caminos que conducen a lo que fuera su residencia y al museo que documenta su vasta obra literaria y política.
él escribió en 1841 lo que entonces tituló como La canción de los alemanes. Es también autor del texto de innumerables canciones infantiles que son parte fundamental del colectivo popular de este país y que todo niño alemán conserva en su memoria.
El extenso poema que acopló melódicamente al himno nacional del imperio austrohúngaro, cuya composición en 1797 es obra de Joseph Haydn, era una especie de oda a una patria que aún no figuraba en el mapa imperial. Fue hasta 1922 que el poema de Heinrich Hoffmann von Fallersleben fue oficialmente declarado como el himno nacional alemán.
En las primeras palabras “Deutschland, Deutschland über alles” –Alemania, Alemania sobre todas las cosas–, estaba impresa la intención y una especie de llamado a los alemanes para fundar un imperio germano bajo valores meramente humanistas como la unidad, la hermandad, la convivencia, la protección y el orden en la convivencia entre ciudadanos.
El texto del poema fue objeto de controversias cuando ante los soberbios talantes de grandeza y las ambiciones de hegemonía de los nazis, la conservaron como himno del Tercer Reich, aunque utilizaban únicamente la primera estrofa.
Sin el sustento de una consideración basada en el contexto histórico, traducciones o interpretaciones inexactas, el poema original de Hoffmann von Fallersleben como himno nacional alemán, genera controversias en el extranjero.
Fallersleben es ahora un distrito de Wolfsburgo, la ciudad sede central del importante consorcio automovilístico alemán del popular vocho mexicano.
Alia Lira-Hartmann, corresponsal