Ciudad de México. El grupo indígena otomí que mantiene tomadas las instalaciones del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (Inpi) se sumó a la acción coordinada para demandar verdad y justicia para Samir Flores, activista opositor al Proyecto Integral Morelos (PIM), quien fue asesinado hace dos años.
Afuera del Inpi, integrantes de esta comunidad pintaron sobre el pavimento el nombre de Samir Flores y colocaron dos mantas gigantes una con la imagen del defensor y otra con la del general Emiliano Zapata, alrededor de ellas encendieron pequeñas veladoras.
“Con dolor y rabia recordamos el asesinato de nuestro hermano”, dijeron. “Le arrancaron la vida por oponerse al mega proyecto integral Morelos, por oponerse a la termoeléctrica de Huexca, por defender el agua, el territorio y la vida”, añadieron.
Manifestaron que el asesinato de Samir Flores fue “para callar su resistencia, su rebeldía pero no murió, vive en todos y cada uno de nuestros corazones”.
De igual manera demandaron castigo a los asesinos y condenaron “la simulación y la impunidad con la que se conduce el mal gobierno”. Como parte de la acción encendieron antorchas y dedicaron un minuto de aplausos para el activista.