Melbourne. Después de derrotar al griego Stefanos Tsitsipas 6-4, 6-2 y 7-5 en semifinales, Daniil Medvedev afirmó que espera lograr “un gran éxito” para Rusia en la final del Abierto de Australia, pese a que la bandera y el himno de su país están prohibidos en las grandes competiciones internacionales hasta diciembre de 2022, debido a repetidas violaciones a las leyes antidopaje.
Medvedev, quien jugará la final contra el número uno del mundo, el serbio Novak Djokovic, afirmó no entender por qué no podría ondear la bandera rusa en caso de ganar en los Juegos Olímpicos de Tokio, aunque prefirió no meterse en política.
“Cuando vayamos, por ejemplo, a los Olímpicos, como tenistas, nosotros no comprenderemos por qué no podemos decir ‘Rusia’ ni podremos ver nuestra bandera”, lamentó.
“Espero que sea un gran éxito para el país. Queremos que los niños sepan que Rusia puede ser una gran nación para el tenis, y eso es lo más importante. Es la parte más agradable de nuestro éxito”, indicó el actual número cuatro en la clasificación mundial.
La delegación rusa firmó una brillante actuación en Melbourne en el cuadro masculino, con tres representantes en cuartos de final y dos en semifinales.
“Soy ruso. ¿Por qué no puedo decirlo? Es la política. Ahí no me aventuro”, zanjó.
Invicto desde hace casi cuatro meses y rebosante de confianza, Medvedev, demasiado fuerte para Tsitsipas, lanzó un aviso de su potencial a Djokovic de cara a la final del domingo.
Intratable en el servicio, no concedió casi nada a su rival heleno ante más de 7 mil aficionados en la Rod Laver Arena de Melbourne.
Medvedev se clasificó a su segunda final de Grand Slam, un año y medio después de perder en 2019 la del Abierto de Estados Unidos ante el español Rafael Nadal.
La víspera, Djokovic, liberado de sus dolores abdominales, puso fin en tres sets (6-3, 6-4, 6-2) a la aventura del ruso Aslan Karatsev (114 del mundo).
Sobre la contienda con Djokovic, el ruso lo tiene muy claro: “Él nunca perdió en la final aquí, él tiene toda la presión, corre detrás de Roger y Rafa. Sólo espero que yo muestre mi mejor tenis, sé que puedo ganar a los grandes nombres si juego bien. Él tiene evidentemente más experiencia, pero también más que perder”, indicó.
La bielorrusa Sabalenka y la belga Mertens se coronaron como las primeras campeonas del primer Grand Slam de la temporada, al ganar la final del torneo de dobles a las checas Barbora Krejcikova y Katerina Siniakova, por 6-2 y 6-3.
La de Minsk y la de Leuven, que partían como segundas cabeza de serie, se coronaron por segunda vez en un “grande” como pareja, tras haberlo logrado en el Abierto de Estados Unidos en 2019.