Toda historia tiene un aprendizaje directo e indirecto, muchas veces el indirecto es el más fuerte, afirmó el escritor Paco Ignacio Taibo II a propósito de la trama que desarrolla en su libro Que sean fuego las estrellas (1917-1923), épica proletaria en la que recorre los vericuetos del movimiento anarcosindicalista más importante e impresionante de España.
Publicado en 2016 por Editorial Planeta, en ese título el autor se vale de su acuciosa investigación sobre el movimiento obrero en la Barcelona de 1917 a 1923, para configurar una historia de sindicalistas y pistoleros que tiene lugar en el contexto de la huelga más importante de Europa, la de La Canadiense, empresa de suministro de luz con capital de Canadá en la que se vieron implicados unos 150 mil trabajadores de distintos sectores de Cataluña.
Esa historia fue el disparador de la conversación que Taibo II sostuvo la noche del jueves con su hija, Marina Taibo, como parte de una emisión más de Para Hablar en Libertad, programa semanal transmitido en YouTube por la Brigada para Leer en Libertad, en el que se abordan temas relacionados con autores y obras del panorama literario mexicano e internacional.
La charla resultó un remanso para el también director del Fondo de Cultura Económica (FCE) pues, reconoció, sus obligaciones de funcionario público le habían imposibilitado hablar de su obra.
Ver pasar los toros
“Como escritor, era como estar desnudo; llevaba meses viendo pasar los toros y nadie me dejaba torear”, dijo el autor, para quien Que sean fuego las estrellas es uno de los libros más importantes en su trayectoria vital como autor y lector.
Sostuvo que la literatura muchas veces da más armas que los libros académicos, al tratar a la historia de forma narrativa; definió el texto como un libro de historia, pues todo lo que se cuenta está sostenido por una investigación.
“Pero está escrito de manera tan pasional como cuando la cuento; eso he estado buscando a lo largo de mi vida: encontrar una narrativa en la historia que trasmita el calor de la misma. No sólo se debe tener una buena investigación detrás de un libro, hay que saberla contar”, agregó el historiador.
Taibo II habló también de su novela Cuatro manos (Joaquín Mortiz), ganadora de varios premios internacionales, en la que personajes célebres e imaginarios comparten espacio y tiempo, como Houdini, un narco mexicano, Pancho Villa, un agente de la CIA y Stan Laurel, para configurar un hilarante relato.
Reconoció que Cuatro manos es un libro muy importante para él, pues a partir de éste decidió dejar de lado los éxitos que le trajo la serie literaria protagonizada por su personaje Héctor Belascoarán e inventar el modelo de “la novela río”, en el que muchas historias van juntándose.
“La idea de palanquearme en el bestseller para seguir escribiendo otro me parecía aterradora. Un escritor debe pelear contra el mundo y la injusticia en la que vive, y contra sí mismo, para evitar que se lo coma el éxito”, indicó.
“Éste te vuelve muy pendejo, según conozco a algunos autores con los que he convivido, y decidí romper hacia un tipo de novela fuera de clasificación, una con un corazón policiaco o de espionaje o de las dos cosas, pero que rompía el esquema.”