La autonomía económica de las mujeres no ha dejado de ser un tema pendiente, y el Covid-19 está produciendo involuciones, pues generó “retrocesos en los niveles de participación laboral” y aumentó la “sobrecarga de los cuidados” para este sector, señaló Belén Sanz Luque, representante en México de ONU Mujeres.
En la presentación del Programa Nacional para la Igualdad entre Mujeres y Hombres (Proigualdad) 2020-24, confió en que la estrategia contribuya a enfrentar esos y otros desafíos, y para ello se deben proporcionar presupuestos suficientes.
“Es fundamental para el éxito de esta política contar con presupuestos adecuados”, sobre todo ante los desafíos generados por la pandemia”, como la “sobrecarga de los cuidados en la vida de las mujeres” y un “retroceso en los niveles de participación laboral”.
Frente a “las brechas de género exacerbadas por esta pandemia, el Proigualdad puede usarse como un instrumento clave para reconstruir mejor”, es decir “no volver a la situación actual, sino aprovechar esta crisis para hacer una verdadera transformación en las realidades”.
La ONU ha destacado que la igualdad de género y el respeto a los derechos de las mujeres “son esenciales para superar juntos esta pandemia”.
El Proigualdad establece que la división sexual del trabajo sigue colocando a las mujeres como responsables casi únicas de las tareas asociadas a los trabajos reproductivos, domésticos y de cuidados, lo que limita su acceso a actividades productivas.
Nadine Gasman, presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres, señaló que uno de los objetivos de esta política es “potenciar la autonomía económica de las mujeres, impulsando su participación en la economía y el mercado laboral en condiciones de igualdad”. Se crearán “productos crediticios” para mujeres emprendedoras a través de la Banca de Desarrollo.
Mujer de las Américas
Mientras, María de la Luz Estrada, coordinadora del Observatorio Ciudadano del Nacional del Feminicidio, dijo que en México y en América, en general en lo jurídico hay avances en respeto a los derechos de las mujeres, pero resta que sean visibles en la práctica.
En el Día de la Mujer de las Américas, indicó que “seguimos luchando contra los fundamentalismos religiosos y políticos que se aferran a vernos como sólo aptas para la reproducción y el cuidado, y no donde se toman las decisiones”.