Manifestantes volvieron a salir ayer a las calles en todo Myanmar en repudio al golpe militar del 1º de febrero y la detención de la líder Aung San Suu Kyi. En la capital, la policía dispersó por la fuerza a la multitud, utilizando cañones de agua. Las marchas y huelgas diarias no muestran signos de remitir a pesar de que la junta castrense ha prometido nuevas elecciones. En la imagen, jóvenes muestran pancartas del Movimiento de Desobediencia Civil en Rangún. Foto Ap