Los paros de actividades en la industria del centro y norte del país, donde se generan más de cuatro quintas partes del valor de la economía, se extendieron este jueves como consecuencia de la reducción en el suministro de electricidad, que es originada por la interrupción, por cuarto día consecutivo, del flujo de gas de Texas, estado azotado por heladas que paralizaron el sector energético.
Una de las primeras afectadas fue la industria automotriz, la principal exportadora, con ventas al exterior que el año pasado sumaron 122 mil 900 millones de dólares. También ayer paró la siderúrgica Altos Hornos de México (AHMSA), uno de los motores económicos en la región de La Laguna.
Ante la solicitud de las autoridades mexicanas de reducir el uso de gas natural, Ford decidió detener sus operaciones en la planta de Hermosillo, Sonora, hasta el 22 de febrero, mientras la ensambladora ubicada en Cuautitlán Izcalli seguirá en actividad. La automotriz también anunció afectaciones por el mal clima en Ohio.
Nissan adelantó la suspensión de actividades que tenía programada para marzo en su complejo ubicado en Aguascalientes. En otras plantas cambiaron a gas LP para mantener su nivel de producción.
Toyota dijo que reducirá turnos y realizará paros técnicos en las plantas ubicadas en Baja California y Guanajuato, pero no dijo cuándo volverán a operar. Este tipo de medidas se sumaron a las hechas por Mazda, Audi, Volkswagen y General Motors.
Fernando Ruiz Huarte, director del Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología (Comce) comentó a La Jornada que el intercambio comercial en la frontera norte sólo presenta retrasos, pero la situación se restablecerá.
En una carta dirigida al presidente Andrés Manuel López Obrador, la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), la Industria Nacional de Autopartes (INA), la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (Anpact) y la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA) expresaron que la crisis energética, sumada al Covid-19, causa preocupación para mantener las inversiones realizadas y pone en riesgo millones de empleos.
Resaltó que esta industria genera 18.2 por ciento del producto interno manufacturero y aportó 15 por ciento de la inversión extranjera directa en años recientes, la cual ha sido superior a 55 mil millones de dólares.
“Solicitamos de su valioso apoyo, como siempre lo ha demostrado para garantizar el abasto de energía eléctrica y gas industrial, sin reducción en el suministro o consumo.”
Por su parte, AHMSA detuvo la producción en sus plantas siderúrgicas en Monclova, Coahuila, y en las minas de carbón y de fierro, con una disminución acumulada de más de 20 mil toneladas de acero líquido.
Agregó que hay retrasos en los pagos que debería recibir a raíz de la crisis energética, lo cual se suma a la menor venta de productos de acero y se traduce en una mayor afectación a la estrecha disposición de flujos con que opera la empresa.