Londres. La ruptura entre el príncipe Enrique y su esposa Meghan y la familia real británica parece no tener vuelta atrás. El palacio de Buckingham informó este viernes que la pareja pierde sus últimos títulos, tras confirmar que se retiran definitivamente de sus obligaciones.
Deseosos de ser más independientes y libres financieramente y de protegerse de la presión mediática, la pareja había provocado un verdadero terremoto el año pasado al anunciar que deseaban poner distancia con la familia y sus deberes oficiales.
Su decisión entró en vigor el 31 de marzo y tenía que ser revisada al cabo de un año. Pero no ha hecho falta esperar que termine el plazo y la reina Isabel II anunció este viernes su decisión, que golpea especialmente a su nieto Enrique.
"El duque y la duquesa de Sussex confirmaron a Su Majestad que no volverán a ser miembros activos de la familia real", dijo el palacio en un comunicado.
"Tras conversar con el duque, la reina escribió para confirmar que, al renunciar a sus obligaciones vinculadas a su pertenencia a la casa real, no es posible seguir ejerciendo responsabilidades y deberes vinculados con una vida de servicio público", agrega el texto.
Por tanto, los títulos serán devueltos y repartidos entre otros miembros de la familia.
"Aunque todos están tristes por su decisión, el duque y la duquesa siguen siendo miembros muy queridos de la familia real", concluye el comunicado.
Una esperada entrevista
Enrique, de 36 años, perderá sus títulos militares, concretamente en los Royal Marines a los que está muy vinculado tras haber realizado una misión en Afganistán que le hizo madurar y dejar de lado su reputación de 'niño rebelde' de la familia real.
Además, también pierde su función representativa en la federación de rugby.
Meghan Markle, exactriz, renunciará a títulos de orden caritativo, por ejemplo dentro del Teatro Nacional de Londres o en instituciones de la Commonwealth.
"Como lo muestra su trabajo desde hace un año, el duque y la duquesa siguen muy apegados a su deber y su servicio en el Reino Unido y en el resto del mundo y han seguido apoyando a las organizaciones que representan, independientemente de cuál sea su papel oficial", reaccionó un portavoz de la pareja.
Para Angela Levin, autora de un libro sobre Enrique, la reina quiere verse representada "por gente dedicada a la causa y con un elevado sentido del deber" y "ha sentido que no puede alargar esta situación".
Enrique y Meghan, junto a su hijo Archie, se instalaron en California y han firmado contratos con las plataformas Netflix y Spotify. La pareja anunció en estos días que estaba esperando su segundo hijo.
A menudo subrayan su deseo de trabajar en causas humanitarias vía su nueva fundación, Archwell, un nombre inspirado por su hijo.
Aunque critican la presión de la prensa, sí la utilizan para enviar mensajes: Meghan por ejemplo usó una columna en el New York Times para anunciar que había sufrido un aborto en julio.
El 7 de marzo la pareja va a dar una entrevista a la estrella de la televisión estadounidense Oprah Winfrey.
Los medios de comunicación británicos están expectantes ante las revelaciones que puedan salir de esta entrevista, sobre todo en lo relativo a su ruptura con la familia real, presidida siempre por la consigna "no complain, no explain" (no quejarse, no explicarse).