Ciudad de México. La autonomía económica de las mujeres continúa siendo un pendiente, y el Covid-19 ha generado involuciones en esa materia, pues generó “retrocesos en los niveles de participación laboral” y aumentó la “sobrecarga de los cuidados” para este sector, señaló Belén Sanz Luque, representante de ONU Mujeres en México.
En la presentación del Programa Nacional para la Igualdad entre Mujeres y Hombres (PROIGUALDAD) 2020-2024, confió en que la estrategia ayude a enfrentar esos y otros desafíos, y dijo que para ello se deben proporcionar presupuestos suficientes.
“Es fundamental para el éxito de esta política contar con presupuestos adecuados y diseñar e integrar políticas de carácter sectorial y garantizar un trabajo articulado. Ello ante los desafíos que ha generado la pandemia por Covid-19, entre los que destacan la sobrecarga de los cuidados en la vida de las mujeres, las tareas no remuneradas, un retroceso en los niveles de participación laboral y un incremento de la violencia de género, que de por sí ya se encontraba en niveles inadmisibles”.
Añadió que “ante las brechas de género exacerbadas por esta pandemia, y los distintos retos que enfrenta la humanidad en el contexto actual, el PROIGUALDAD puede usarse como un instrumento clave para reconstruir mejor”, es decir “no volver a la situación actual, sino aprovechar esta crisis para hacer una verdadera transformación en las realidades”.
Recordó que la ONU ha destacado que la igualdad de género y el respeto a los derechos de las mujeres “son esenciales para superar juntos esta pandemia. Todo lo que hagamos durante la crisis y después debe tener por objetivo construir economías y sociedades más igualitarias, equitativas, inclusivas y sostenibles”.
En el PROIGUALDAD se establece que la división sexual del trabajo las sigue colocando como responsables casi exclusivas de las tareas asociadas a los trabajos reproductivos, domésticos y de cuidados, lo cual limita en su acceso a actividades productivas. Con cifras prepandemia (2018) indica que en México las mujeres representan 43.7 por ciento de la participación económica, pero 53 por ciento tiene ingresos de hasta un salario mínimo, mientras que los hombres concentran 70 por ciento de las percepciones superiores a los cinco salarios mínimos.
En la ceremonia de presentación del PROIGUALDAD realizada en el Complejo Cultural Los Pinos, Nadine Gasman Zylbermann, presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), señaló que uno de los objetivos de esta política es “potenciar la autonomía económica de las mujeres, impulsando su participación en la economía y el mercado laboral en condiciones de igualdad”. Por ejemplo, se crearán “productos crediticios” para mujeres emprendedoras a través de la Banca de Desarrollo.
Asimismo, se generarán condiciones para “reconocer, reducir y redistribuir los trabajos domésticos y de cuidados de las personas entre las familias, el Estado, la comunidad y el sector privado”.
Añadió que se creará un “sistema nacional de cuidados con enfoque de derechos humanos y antidiscriminatorio” y añadió que el PROIGUALDAD considera en sus seis objetivos a las mujeres que experimentan mayor pobreza y desigualdad: “las mujeres que viven en pobreza, quienes forman parte de nuestros pueblos y comunidades indígenas y afromexicanas, las mujeres con discapacidad o las mujeres lesbianas y trans”.