Nueva York. La Organización de Naciones Unidas (ONU) llamó ayer a adoptar un plan mundial de vacunación contra el Covid-19 y alertó que la creciente desigualdad en los esfuerzos iniciales pone en riesgo a todo el planeta.
Los cancilleres de los países que integran el Consejo de Seguridad de la ONU se reunieron a distancia para una inédita sesión sobre la vacunación a instancias de Reino Unido, que aseguró que el mundo tiene el “deber moral” de actuar de manera coordinada contra la pandemia que ha matado a más de 2.4 millones de personas en el mundo.
El secretario general de la ONU, António Guterres, expresó alarma, ya que sólo 10 naciones han administrado hasta ahora 75 por ciento de las dosis de la vacuna, y unos 130 países no han recibido ninguna.
“El mundo necesita urgentemente un plan mundial de vacunación que reúna a todos los que tienen el poder necesario, la experiencia científica y las capacidades de producción y financieras”, expresó Guterres.
Afirmó que el G-20, integrado por las principales economías del planeta, está en la mejor posición para crear un grupo de trabajo sobre la financiación y la aplicación de la vacunación mundial y ofreció el pleno apoyo de la ONU.
Entre los 15 miembros del Consejo de Seguridad se encuentran los mayores productores de vacunas: Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido e India.
Varios cancilleres, como el chino Wang Yi, pidieron “más solidaridad y cooperación”. Alertó contra “intentos de politizar la pandemia” y renovó la oferta de Pekín de brindar 10 millones de dosis de la vacuna china para países de menores recursos.
Pero Rusia, representada por su embajador ante Naciones Unidas, Vassily Nebenzia, estimó que el debate sobre las vacunas corresponde a “estructuras especializadas de la ONU, pues sobrepasa las competencias del Consejo de Seguridad.
“Tenemos que vernos como un equipo que trabaja contra una amenaza mortal”, sostuvo el ministro de Exteriores británico, Dominic Raab, organizador de la sesión como presidente del Consejo de Seguridad en febrero.
“Estamos luchando contra una pandemia mundial y nadie debe quedarse atrás”, insistió.
“Si se permite que el virus se extienda como un reguero de pólvora en el sur global, mutará una y otra vez. Las nuevas variantes podrían ser más transmisibles, más mortales y, potencialmente, amenazar la eficacia de las vacunas y los diagnósticos actuales”, advirtió por su parte Guterres.
“Esto puede prolongar la pandemia de forma significativa, permitiendo que el virus vuelva a asolar el norte global”, agregó.
El jefe de la diplomacia estadunidense, Antony Blinken, anunció que Washington destinará a finales de mes más de 200 millones de dólares a la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El secretario general de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, Jagan Chapagain, advirtió que “la desconfianza mata. Cuando la ciencia no sólo se ignora, sino que se ridiculiza, cuando la decisión de usar mascarillas se vuelve controvertida y la web se llena de rumores, la confianza en los esfuerzos masivos para detener la pandemia se ve gravemente comprometida”.
El ministro indio Subrahmanyam Jaishankar anunció que su país donará “200 mil dosis” para los 100 mil cascos azules desplegados en el mundo.
La Organización de Estados Americanos (OEA) abogó por un “acceso equitativo” a las vacunas. “Ningún país estará a salvo hasta que todos lo estén”, señaló el mecanismo hemisférico en una resolución aprobada por aclamación por su Consejo Permanente, que reúne a los 34 miembros activos del organismo.
La iniciativa, presentada por los países de la Comunidad del Caribe (Caricom) y copatrocinada por Argentina, México, Nicaragua, Panamá y Uruguay, además de otras naciones caribeñas y centroamericanas, destaca que una recuperación “sostenible” del virus en todo el planeta dependerá “de la disponibilidad y la distribución de vacunas para todos”.
El representante interino de Estados Unidos, Brad Freden, afirmó que su país “entiende la gravedad de la situación en la región” y recalcó que el gobierno de Joe Biden está comprometido a volver al seno de la OMS, revirtiendo la política de su antecesor, Donald Trump.