Madrid. Por segunda noche, varias ciudades catalanas y españolas fueron escenario de protestas por la detención de Pablo Hasél, rapero condenado a nueve meses de prisión por delito de enaltecimiento del terrorismo e injurias a la Corona.
En Madrid, Barcelona y Lleida hubo enfrentamientos con la policía y, de nuevo, quema de mobiliario urbano y escenas de pánico. El balance provisional es de 61 heridos, entre ellos, una joven en Barcelona que perdió un ojo por una bala de goma; hasta el momento hay 32 detenidos.
La noche y madrugada pasadas, en las principales ciudades de Cataluña, sobre todo en Barcelona, Vic, Lleida y Girona, así como en Madrid hubo un incesante sonido de sirenas, ambulancias, furgones de agentes antidisturbios o de camiones de bomberos, que intentaban recuperar el control de las ciudades.
La mayoría de las protestas son protagonizadas por colectivos de jóvenes antifascistas, que en el caso de Cataluña están vinculados al movimiento independentista y en Madrid, con agrupaciones anarquistas.
Hasél, rapero anticapitalista, que en sus letras defiende y alienta a grupos como ETA o los Grapo, durmió en la prisión de Ponent, en Lleida. Su caso fue juzgado por el tribunal especial de la Audiencia Nacional –que se ocupa de los delitos relacionados con terrorismo de todo el Estado– y decidió su culpabilidad y su ingreso en prisión, sobre todo por su carácter de “reincidente”, ya que esta es la cuarta sentencia condenatoria consecutiva del cantante, juzgado y condenado por delitos de resistencia a la autoridad, allanamiento de morada y agresión a una periodista de la televisión pública catalana.
Los magistrados, que en condenas de menos de dos años no suelen enviar a los condenados a la cárcel, decidieron que en esta ocasión el rapero tenía que ingresar a prisión.
Pese al clamor de numerosos artistas y partidos políticos de izquierda y nacionalistas, los magistrados confirmaron la condena y ordenaron su detención, lo que despertó la ira de los jóvenes antifascistas, que tanto en Madrid como Barcelona sostienen que Hasél “fue secuestrado por el Estado” y juzgado por “una justicia franquista y fascista”.
En Madrid, en la Puerta del Sol, hubo momentos de tensión a raíz de la concentración espontánea que en principio fue pacífica, pero después de una hora derivó en enfrentamientos con la policía. Hubo 14 detenidos y 12 heridos, la mayoría con lesiones leves.
La Asociación Catalana de Universidades Públicas lanzó un comunicado en el que llaman al diálogo. Reclamaron que se impulsen con urgencia las reformas legales necesarias para garantizar el ejercicio de los derechos fundamentales en su máxima amplitud, pues “desgraciadamente, la libertad de expresión se está viendo seriamente amenazada. No son pocos los casos de personas que han sido perseguidas judicialmente, y en ocasiones condenadas, por sus ideas expresadas a través de la creación artística, la literatura o la música”.