En su debut en Saturday Night Live, Phoebe Bridgers terminó rompiendo su guitarra contra un monitor. Lo que la nominada al Grammy tal vez no sospechó es que su acción terminaría estallando en Internet. “¿Por qué esta mujer destruye su guitarra en SNL?”, se leía en un tuit replicado por la cantante “Digo, no es que me interesara mucho la canción, pero me pareció que sobraba”.
Kurt Cobain rara vez dejaba una guitarra intacta, The Clash hizo de la acción la portada de un álbum, a Jimi Hendrix le gustaba quemar sus instrumentos, pero nadie pareció quejarse, así que la polémica abrió un debate inesperado.
Bridgers, quien en 2019 llamó la atención por denunciar públicamente a Ryan Adams de abuso sicológico, siempre condimenta su música con grandes cantidades de ira. Cuando romper su guitarra causó controversia, el cantante Jason Isbell dijo que el instrumento sólo costaba cerca de 85 dólares. Dave Grohl, de Foo Fighters, también la defendió en un programa de radio.
Comparó el momento con los que vivía cuando estaba en Nirvana. “Mi batería tenía hoyos porque Kurt Cobain le había pegado. He visto muchas guitarras estrelladas. Se siente increíblemente bien hacerlo”.
El debate también ha traído opiniones que aseguran no aprobar ni siquiera a las figuras del rock que han hecho del rompimiento de instrumentos parte de su narrativa. Aunque las redes sociales no existían en los días de Kurt Cobain o Peter Townshend, cualquier opinión negativa habría sido vinculada a la historia de estos músicos; sin embargo, hasta ahora esto sólo había sido visto de forma trasgresora, inspiradora y positiva.
Para Phoebe Bridgers, lo quiera o no, ese momento será incluido como parte de su narrativa. Que exista un debate al respecto, también estará vinculado, inevitablemente, al hecho de que es una mujer. Los hechos parecen indicar que todavía son los hombres quienes no tienen que rendir cuentas por destruir cosas.
Algunos llevaron la conversación incluso más lejos, en redes sociales manifestaron que es totalmente innecesario romper una guitarra en la época del Covid, justo cuando tantos programas de educación musical han enfrentado recortes de presupuesto; sin embargo, Bridgers no es responsable de vigilar la manera ideal de tratar a los accesorios musicales.
El hecho de que exista el debate es un recordatorio de que no importa lo lejos que creamos haber llegado, en cuanto al tratamiento de género en la música, las cosas siguen iguales.