Madrid. Martin Scorsese generó polémica en 2019, cuando cargó contra Marvel y aseguró que las películas de superhéroes “no son cine”. Se ha vuelto a pronunciar sobre la situación de la industria y en un ensayo publicado en Harper’s Magazine advirtió que “el arte del cine está siendo devaluado”.
El texto, en torno a la figura de Federico Fellini, indaga en la repercusión del video a la carta en la industria cinematográfica. “Hoy, el arte del cine está siendo sistemáticamente devaluado, marginado, degradado y reducido a su mínimo común denominador: el contenido”, escribe el realizador.
“Hace tan sólo 15 años, el término contenido se escuchaba nada más cuando se hablaba de cine en un nivel serio; se contrastaba con la forma y se comparaba con ella. Luego fue utilizado cada vez más por quienes se hicieron cargo de las empresas de medios, la mayoría de las cuales no sabían nada sobre la historia del arte”, lamenta.
“Contenido” se convirtió en un término comercial para todas las imágenes en movimiento: una película de David Lean, un video de gatos, un anuncio del Supertazón o el episodio de una serie. Estaba vinculado, por supuesto, no a la experiencia en la sala, sino en las plataformas de streaming que han llegado a superar la experiencia de ir al cine. Por un lado, esto ha sido bueno para los cineastas, incluido yo”, admite Scorsese, que en 2019 dirigió El irlandés para Netflix. “Por otro lado, ha creado una situación en la que todo se presenta al espectador en igualdad de condiciones, lo que suena democrático, pero no lo es”, esgrime.
“Si los algoritmos sugieren tu siguiente visualización en función de lo que ya has visto y las sugerencias se basan sólo en el tema o el género, ¿qué efecto tiene eso en el arte del cine?”, se pregunta y apuesta por la “curación de contenidos” y recomienda algunas plataformas de streaming o la cadena de televisión TCM.
Recuerda cómo funcionaba la distribución cinematográfica en los años 60, cuando “el esfuerzo de distribuidores, curadores y salas de exhibición dio pie a un momento extraordinario. Esas circunstancias se han ido para siempre, desde la novedad de la experiencia en salas hasta la excitación compartida por las posibilidades del cine. Me siento afortunado de haber estado vivo y ser joven cuando todo sucedía. El cine siempre ha sido mucho más que contenido, y siempre lo será”, reivindica.
“Todo ha cambiado: el cine y la importancia que tiene en nuestra cultura. Por supuesto, no es de extrañar que artistas como Godard, Bergman, Kubrick y Fellini, que una vez reinaron sobre nuestra gran forma de arte como dioses, se pierdan en las sombras con el paso del tiempo, pero no podemos depender del negocio del cine, tal como es, para cuidarlo. En él, que ahora es el negocio del entretenimiento visual masivo, el énfasis está en la palabra negocio, y el valor, por la cantidad de dinero que se pueda ganar con una producción determinada”, afirma e insta “a quienes conocemos el cine y su historia a compartir nuestro amor y conocimiento con la mayor cantidad de gente posible”.