Madrid. La secuenciación y análisis de ADN de hasta 1.2 millones de años muestran que el mamut que habitó Norteamérica en la última edad de hielo era híbrido de lanudo y un linaje desconocido.
Además, este estudio, de un equipo internacional dirigido desde el Centro de Paleogenética de Estocolmo, proporciona nuevos conocimientos sobre cuándo y lo rápido que los mamuts se adaptaron al clima frío, según publican en la revista Nature.
Hace alrededor de un millón de años no había mamuts lanudos, ya que aún no habían evolucionado. Esta fue la época de su predecesor, el antiguo mamut de la estepa. Los investigadores ahora analizaron los genomas de tres mamuts antiguos, utilizando ADN recuperado de dientes de mamut que habían estado enterrados durante 0.7-1.2 millones de años en el permafrost siberiano.
Es la primera vez que se ha secuenciado y autenticado ADN a partir de muestras de un millón de años, y extraerlo de las muestras fue un reto. Los científicos descubrieron que sólo quedaban pequeñas cantidades de ese material genético en las muestras y que se degradaba en fragmentos muy pequeños.
“Este ADN es increíblemente antiguo. Las muestras son mil veces más antiguas que los restos vikingos, e incluso son anteriores a la existencia de humanos y neandertales”, explicó Love Dalén, autor principal del trabajo y profesor de genética evolutiva en el Centro de Paleogenética de Estocolmo.
La edad de las muestras se determinó utilizando tanto datos geológicos como el reloj molecular. Ambos tipos de análisis mostraron que dos de los especímenes tienen más de un millón de años, mientras el tercero alrededor de 700 mil y representa uno de los primeros mamuts lanudos conocidos.
Los análisis de los genomas mostraron que el espécimen más antiguo, que tenía alrededor de 1.2 millones de años, pertenecía a un linaje genético de mamut antes desconocido. Los investigadores se refieren a éste como Krestovka, debido a la localidad donde se encontró. Los resultados muestran que se separó de otros mamuts siberianos hace más de dos millones de años.
“Eso fue una completa sorpresa para nosotros. Todos los estudios anteriores han indicado que sólo había una especie de mamut en Siberia en ese momento, llamado de estepa, pero nuestros análisis de ADN ahora muestran que había dos linajes genéticos diferentes, al que aquí nos referimos como el mamut Adycha y el Krestovka. No podemos decirlo con certeza todavía, pero creemos que pueden representar dos especies diferentes”, sostuvo Tom van der Valk, autor principal del estudio.
Los investigadores también sugieren que fueron los mamuts del linaje Krestovka los que colonizaron América del Norte hace unos 1.5 millones de años. Además, los análisis muestran que el mamut colombino que habitó la región durante la última Edad de Hielo, era un híbrido. Casi la mitad de su genoma provino del linaje Krestovka y la otra mitad del mamut lanudo.
“Evolucionó a través de una hibridación que tuvo lugar hace alrededor de 420 mil años”, según la coautora principal, Patrícia Pecnerová.
El segundo genoma de un millón de años, del mamut Adycha, parece haber sido ancestral del mamut lanudo. Por tanto, los investigadores pudieron comparar su genoma con el genoma de uno de los primeros mamuts lanudos conocidos que vivió hace 0.7 millones de años, así como con genomas de mamut que tienen sólo unos pocos miles de años. Esto permitió investigar cómo los mamuts se adaptaron a una vida en ambientes fríos y en qué medida evolucionaron estas adaptaciones durante el proceso de especiación.
Los análisis mostraron que las variantes genéticas asociadas con la vida en el Ártico, como el crecimiento del cabello, la termorregulación, los depósitos de grasa, la tolerancia al frío y los ritmos circadianos, ya estaban presentes en el mamut de un millón de años, mucho antes del origen del mamut lanudo. Estos resultados indican que la mayoría de las adaptaciones en el linaje del mamut ocurrieron lenta y gradualmente con el tiempo.