Dubái. Estados Unidos y la Organización de Naciones Unidas (ONU) expresaron ayer su preocupación por la creciente violencia y el avance de los rebeldes hutíes en el norte de Yemen, que “pondrá en peligro la vida de millones de civiles”, advirtió el organismo internacional.
Los rebeldes, apoyados por Irán, han intentado apoderarse de esta región rica en petróleo durante más de un año. Después de un periodo de calma, a partir del 8 de febrero llevan a cabo una nueva ofensiva para arrebatar el control de las fuerzas gubernamentales, apoyadas por ataques aéreos de una coalición militar dirigida por Arabia Saudita.
“Estoy muy preocupado por la escalada militar en Marib y su impacto en la situación humanitaria”, tuiteó Mark Lowcock, secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Humanitarios.
“Un asalto contra la ciudad pondría en riesgo a dos millones de civiles, con centenares de miles de personas potencialmente obligadas a huir, y consecuencias humanitarias inimaginables”, agregó el diplomático.
Tim Lenderking, enviado de Estados Unidos para Yemen, exhortó a los hutíes a detener “su avance”. La ofensiva podría “empujar la ya debilitada infraestructura humanitaria más allá de su punto de ruptura”, declaró en Washington ante la prensa, antes de su desplazamiento a la región.
“Una solución política duradera es la única manera de poner fin a la crisis humanitaria que ha devastado a la población”, afirmó. Esta escalada se produce en un momento en que los hutíes van a ser retirados de la lista estadunidense de “organizaciones terroristas”, para no obstaculizar la entrega de ayuda internacional a los territorios que controlan.
Los combates en torno de Marib han causado decenas de muertos y heridos en ambos bandos en las 24 horas, según funcionarios militares del gobierno yemení, y los hutíes rara vez comunican sus bajas.
Los hutíes tomaron la capital Saná en 2014, desencadenando una guerra que ha sumido al país en la peor crisis humanitaria del mundo, según la ONU, con decenas de miles de muertos, millones de desplazados y una población al borde del hambre. Desde entonces, los rebeldes se han apoderado de la casi totalidad del norte del país.
Intentan ocupar Marib
En las últimas horas, “los rebeldes pudieron avanzar hacia el oeste y el norte de Marib”, precisó una fuente castrense. La coalición militar anunció la intercepción de un dron-bomba lanzado por los hutíes en dirección al aeropuerto internacional de Abha, en el suroeste de Arabia Saudita, que fue objeto de varios ataques en los últimos días.
Por su parte, los rebeldes informaron a través de su canal de televisión Al Massirah de 13 ataques aéreos de la coalición en diversos frentes en Marib en las últimas 24 horas, sin precisar si habían causado víctimas.
La ciudad era hasta entonces un refugio para muchos desplazados, que habían huido de los combates en ese país devastado por la guerra. Marib está situada a 120 kilómetros de la capital Saná, en poder de los insurgentes.
Según los analistas, los hutíes intentan tomar el control de Marib antes de nuevas conversaciones con el gobierno, y la nueva administración estadunidense de Joe Biden pretende presionar en favor de una solución política.
La toma de Marib por los rebeldes supondría un duro golpe, no sólo para el gobierno yemení, sino para Arabia Saudita, que lo apoya desde marzo de 2015, ya que el norte de Yemen estaría entonces enteramente en manos de los hutíes.