Como un hombre generoso, amable, metódico y selectivo, con am-plia conciencia crítica, fue recordado el escritor, ensayista, periodista y editor Federico Campbell 1941-2014), a siete años de su ausencia en el homenaje que se le rindió a través de la cuenta del Centro Cultural Tijuana en YouTube.
Con la participación de la narradora y poeta Rosina Conde, el fotógrafo Rogelio Cuéllar, el crítico y ensayista Adolfo Castañón, el también escritor Juan Villoro y la moderación de Jaime Cháidez, se dio testimonio de la trayectoria y personalidad del creador del “visio-nario proyecto editorial independiente” La Máquina de Escribir.
En dicho sello fueron publicados, con financiamiento de Camp-bell, autores que hoy son reconocidos como David Huerta, Carmen Boullosa, José María Espinaza, Carlos Chimal, Coral Bracho, Antonio del Toro, María Luisa Puga, Barbara Jacobs, la misma Rosina Conde y Juan Villoro.
Su vida y trayectoria es difícil de resumir, ya que Campbell fue un autor múltiple, explicó Villoro, quien destacó la habilidad que tenía como entrevistador.
“Logró que algunos escritores entrevistados por él explicaran su estética y hablaran incluso mejor de lo que escribían. En sus entrevistas es el oído del entrevistador el que va guiando la conversación, ejemplo de ello es su libro de entrevistas Infame turba.”
Villoro se refirió a la estancia de Campbell en Barcelona, donde vivió con muy pocos recursos, y de cómo el autor combinó el periodismo con la ficción.
Explicó también cómo a través de obras como Pretexta, Campbell se interesó por analizar distintas formas del discurso político.
Campbell “analizó cómo es que se van fraguando las ideas que distorsionan la realidad, el porqué hablan los políticos como hablan y de qué manera la literatura y el periodismo pueden hacer un contrapeso a esa cuestión”, destacó.
Con una amplia conciencia crítica, Campbell “supo entender que la mafia, la corrupción y la violencia dan lugar a distorsiones culturales, y que no basta con tener una solución de orden militar para cambiar la realidad. Fue un adelantado. Analizó y entendió la existencia de una narcocultura”, añadió Villoro.
Otro aspecto relevante en su trayectoria es su condición e identidad como tijuanense, explicó Villoro, quien para concluir agradeció y reconoció a Federico Campbell como su primer editor.
Rosina Conde recordó la generosidad y amabilidad de Campbell, así como las charlas que éste tenía con Juan Rulfo, a las que ella era invitada. Rogelio Cuéllar evocó, entre otras cosas, las caminatas, charlas y fotografías que le tomó en distintos sitios, “tuve el privilegio de ser el fotógrafo de su boda (...) Campbell era como un hermano mayor”. Castañón recordó que era metódico y selectivo, así como a La Máquina de Escribir, una iniciativa en la que confluyó, en un momento y tiempo, buena parte de la literatura mexicana de los años 70 y 80.