Ciudad de México. Ataviados con chamarras, bufandas y abrigos, además de cubrebocas y caretas, los adultos de 60 años o más que acuden a los diferentes módulos donde se aplica la vacuna contra el Covid-19 en las alcaldías Cuajimalpa, Milpa Alta y Magdalena Contreras, deben pasar por varios filtros, donde se verifica su nombre, edad y residencia, así como la aplicación de un cuestionario en el que responden acerca de los padecimientos que aquejan su salud, donde predominan diabetes e hipertensión.
Asimismo, médicos de las brigadas Correcaminos del gobierno federal explican a grupos de alrededor de 30 personas la posible sintomatología que pueden presentar después de recibir el biológico, y recomiendan no autorrecetarse.
Al final se elabora el comprobante de vacunación que especifica el lote y el laboratorio AstraZeneca, así como la fecha tentativa para la aplicación de la segunda dosis: el 16 de marzo .
En un recorido por diferentes escuelas de educación básica de Cuajimalpa, acondicionadas como centros de vacunación, se constató que el primer filtro lo realiza personal del gobierno capitalino a fin de agilizar la aplicación de la vacuna y evitar largas esperas.
Fue el caso de Inés Estrada, quien se formó desde las cuatro de la madrugada afuera de la escuela primaria Conrado Menéndez Mena, en la colonia Granjas Palo Alto, pero como tiene 58 años, se le explicó que al momento de que fueron ingresados los datos de la CURP el sistema rechazó automáticamente el registro de su vacunación al no cumplir con el requisito de la edad.
Mientras cargaba un banquito y una bolsa que le habían llevado sus familiares con desayuno, Inés dijo que esperará a la tercera etapa de la vacunación, que incluye a las personas menores de 60 años.
En el segundo día de la aplicación del biológico, las personas cuyo apellido paterno correspondió a la letra H a la P del abecedario, fueron atendidas con mayor agilidad, aunque en algunos sitios persistió la desorganización, como ocurrió en centros de Milpa Alta y Magdalena Contreras, donde la vacunación inició con retraso; así como en la Escuela Investigación Educativa, ubicada en la colonia Huizachito, donde un elemento de Guardia Nacional avisaba a los adultos, antes del medio día, que ya no había fichas porque sólo llegaron 380 dosis y no las 500 esperadas. En esos casos eran remitidos a la Escuela Secundaria Diurna Calmécac, ubicada en la colonia Granjas Navidad.
Luis Rafael Pacheco tampoco fue atendido, a pesar de que mostró al personal del gobierno capitalino que recibió a las 9:10 de la mañana un mensaje de texto en su teléfono celular en el que se le notificó que se presentara en dicho módulo.
En tanto, José Díaz, residente de Magdalena Contreras, quien acudió a la Escuela Primaria Juventino Rosas, dijo que luego de un año tan difícil y el temor a enfermar, se siente fortalecido porque “con la vacuna se alarga mi vida”.
De 72 años, dijo tener planes a futuro y muchos proyectos al referir que se siente afortunado porque le tocó una de las 500 vacunas que ayer llegaron al citado centro. Ahora esperará a recibir la segunda dosis.
En espera de su turno para recibir la primera dosis, la mayoría de los adultos mayores estuvieron acompañados de familiares o algún conocido. Conforme transcurrió la mañana el tiempo en la fila se redujo. Los más precavidos llevaron banquitos, aunque en otros módulos les prestaron sillas. Los adultos con alguna discapacidad fueron atendidos con mayor prontitud.
Ernesto Cruz, quien acompañó a su esposa a un módulo de Cuajimalpa, dijo que “si nosotros no entendemos el proceso del trámite, que es nuevo, somos los primeros en entorpecer y poner en mal ejemplo, por eso es bueno tener paciencia y prudencia”.