Lima. El gobierno y la fiscalía de Perú investigan la vacunación contra el Covid-19 a escondidas y antes de comenzar el programa oficial de inmunización, con biológicos del laboratorio chino Sinopharm a alrededor de 487 altos funcionarios, entre ellos el destituido presidente Martín Vizcarra, en un escándalo que ha costado la renuncia de dos ministras y podría empañar las compras de fármacos en pleno rebrote de la pandemia.
Las ministras de Relaciones Exteriores, Elizabeth Astete, y de Salud, Pilar Mazetti, renunciaron y el gobierno informó que despedirá a los que se aplicaron la vacuna fuera de los ensayos clínicos y antes del inicio de la inmunización a la población.
El nuevo ministro de Salud, Óscar Ugarte, dijo a la radio local RPP que entre 15 y 20 funcionarios más habrían recibido la vacuna, según las primeras investigaciones. “Me siento indignado y furioso por esta situación”, dijo el presidente Francisco Sagasti , quien acusó que los 487 funcionarios “aprovecharon su posición para ser inmunizados con las vacunas Sinopharm, que llegaron en complemento de aquellas que se usaron en los ensayos clínicos del país”.
El escándalo se desató luego de que Martín Vizcarra admitió el jueves pasado que recibió junto a su esposa la vacuna de ensayo en octubre, cuando era presidente. Pero la Universidad Cayetano Heredia afirmó que ninguno de los dos fue voluntario. La primera vacuna anti-Covid se aplicó en Gran Bretaña en diciembre pasado, tras la fase de pruebas en muchos países.
Los ensayos clínicos de Sinopharm en Perú se realizaron entre septiembre y finales del año pasado con unos 12 mil voluntarios, pero los responsables locales del proceso recibieron 3 mil 200 dosis extras de “vacuna experimental activa” –no placebo– para ser administrados voluntariamente al personal relacionado con la investigación, dijo la Universidad Cayetano Heredia en un comunicado.
Al menos 300 médicos que luchan contra la pandemia han muerto desde que apareció el virus en Perú hace casi un año. Hasta ahora sólo han sido vacunados 68 mil trabajadores sanitarios.
Uno de los funcionarios que recibió este tipo de vacuna fue el viceministro de Salud Luis Suárez, quien anunció en una carta su renuncia y dijo que él y varios miembros de su equipo de respuesta a la pandemia aceptaron la inoculación experimental.
Sagasti, quien asumió el poder a mediados de noviembre tras una de las peores crisis políticas en años, dijo que su gobierno no tuvo nada que ver con la asignación de vacunas adicionales. La embajada de China en Perú señaló ayer que los ensayos se realizaron “cumpliendo con los trámites requeridos por las autoridades” locales. Asimismo, rechazó los términos de “vacuna de cortesía, donaciones o prebendas” que, afirma, fueron utilizados por algunos medios.
Acuerdo con laboratorio chino
Perú anunció el 6 de enero un acuerdo con el laboratorio chino para adquirir hasta 38 millones de dosis de la vacuna. El primer lote de 300 mil llegó al país hace una semana y el martes se inició el programa de inmunización con la aplicación de dosis a un grupo de médicos que son los más expuestos a contraer la enfermedad.
Sagasti dijo que su gobierno integró una “comisión investigadora” con un plazo sumario para saber cuántos funcionarios en total y bajo qué circunstancias recibieron la vacuna. La fiscal general, Zoraida Ávalos, abrió una investigación preliminar contra el ex mandatario Vizcarra y “los que resulten responsables del manejo de las dosis de cortesía” de Sinopharm, dijo un vocero del organismo.
El escándalo generó indignación en un país marcado por la desigualdad, donde no hay oxígeno para miles de infectados que agonizan en casa porque los hospitales no tienen espacio para más pacientes y donde han muerto más de 43 mil 700 por Covid -19, la mayoría gente sin privilegios y también funcionarios en la línea de fuego, entre ellos 310 médicos, 125 enfermeras y más de 500 policías.