Zacatecas, Zac., Durante siete días consecutivos han ocurrido enfrentamientos entre grupos delictivos que han utilizado armas de grueso calibre y hasta granadas, causando, además de la muerte de presuntos oponentes, el incendio de vehículos y casas en el Pueblo Mágico de Jerez, municipio ubicado a 60 kilómetros de esta capital.
De acuerdo con fuentes oficiales, del primero de enero al 15 de febrero han sido ejecutadas en la entidad al menos 212 personas, como parte de la disputa que mantienen los cárteles Jalisco Nueva generación (CJNG) y el de Sinaloa (CDS) por el control del municipio, que es la puerta de entrada a los cañones de Jalpa y Tlaltenango.
En dicha región del sureste de Zacatecas existe un clima propicio para la siembra de mariguana y amapola, por lo que las fuerzas de seguridad del gobierno estatal y federal intentan impedir que esas organizaciones delictivas operen en la zona.
Desde el pasado fin de semana, integrantes de la Guardia Nacional (GN) y de la Policía Estatal Preventiva (PEP) iniciaron patrullajes permanentes en la capital de Zacatecas y el municipio conurbado de Guadalupe para evitar que la guerra entre cárteles se extienda.
Pero esa no es la única región con graves problemas de violencia e inseguridad: la mañana del domingo un grupo criminal dejó los restos de dos personas –cuyos cuerpos fueron cercenados– con un mensaje en la puerta principal de la alcaldía de Pánfilo Natera, cerca de los límites con San Luis Potosí.
Los focos rojos se encendieron además en el noroeste de Zacatecas, iniciando por Fresnillo y hacia Río Grande, Cañitas de Felipe Pescador, Villa de Cos, Mazapil y Concepción del Oro.
Al noreste la violencia se ha concentrado en Sombrerete, Miguel Auza y Juan Aldama; también se han visto afectados los municipios de Chalchihuites y Jiménez del Teúl, limítrofes con Durango, a donde muchos programas sociales no llegan por lo peligroso de su carretera serrana.
Diversificación criminal
La batalla entre cárteles no se queda entre ellos. Las autoridades reconocen que las organizaciones criminales no se limitan a la siembra, transporte y venta de drogas, sino que también cometen cada vez con mayor frecuencia secuestros, extorsiones y desaparición forzada de personas.
En la última década, en la entidad oficialmente han sido reportadas como desaparecidas, ante la fiscalía local, 2 mil 192 personas. Cerca de la mitad de estas desapariciones, 970, ocurrieron en los últimos dos años, cuando el CJNG y el CDS llegaron a disputar territorios.
La guerra entre ambas organizaciones criminales es de tal magnitud, que “no se puede ocultar, es la realidad”, admite Arturo López Bazán, titular de la Secretaría de Seguridad Pública de Zacatecas (SSPZ), quien compara este problema con los que atraviesan Michoacán, Guanajuato y Jalisco.
En entrevista, el también ex comandante de la Policía Federal, que luego se incorporó a la Guardia Nacional, explicó que la violencia exacerbada se debe a que las dos organizaciones criminales más poderosas de México, además de combatir entre sí, están exterminando a los integrantes de otros grupos con menor presencia en la entidad: el cártel del Noreste, Los Talibanes y el cártel del Golfo (ésta última organización terminó sumándose al CJNG).